Capítulo único.

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Era un día de invierno, la nieve decoraba la calle de Seúl, todas las personas andaban abrigadas ya que estaba a bajo cero de temperatura. El pequeño MinSeok de veinticinco años andaba con su pareja, LuHan, caminando por aquellas calles frías para ir a una cafetería que había cerca de su departamento.

-Lu-ge, quiero un capuchino con galletas con chispas de chocolate. –dijo el menor de los dos con un cierto brillo en sus ojos, cosa que a LuHan le gustaba y demasiado o eso pensaba, estaba pensando en otra persona que tal vez...

-LuHan ¿Me estás escuchando? –prengutó un MinSeok que tenía su ceño levemente fruncido. LuHan al darse cuenta que no le había respondido a su pequeño novio, que solamente se diferenciaban de un año de edad, empezó a hacerle pequeños pucheros en sus labios. El pequeño MinSeok no era tan tonto, sabía que era inevitable decirle que no cuando hacía sus pucheros.

-Oh, sí... Yo voy a tomar un té de hierbas, sabes que no me gusta el café o cosas así. –dijo en un tono nervioso que su pequeño novio no había notado, "pobre chico" se dijo LuHan al verlo que estaba tan enamorado de él, el brillo de sus ojos que solamente él provocaba, la sonrisa con sus pequeños dientes que LuHan hacía provocar sin que no hiciera nada, su melodiosa voz cuando se reía, hablaba e incluso podría llegar a decir que era hermoso hasta cuando ellos tenían relaciones sexuales y ver a MinSeok con esa piel suave y blanca como la nieve no todos podían verlo, ni mucho menos escucharlo gemir o jadear el nombre de su amado.

"Todas las mentiras se pueden desenmascarar fácilmente, LuHan" le repetían sus amigos, quienes querían que LuHan esté feliz. MinSeok lo hizo feliz, le enseñó lo que es amar y lo amó como si no hubiera nada más importante que él, hasta que dejó de hacerlo por su trabajo que tenía de empresario. Ir a Estados Unidos un mes entero le dolía a MinSeok ya que no podía hacerle de comer, no podía mimarlo e incluso no podía contarle algunas cosas que él no sabía y lo más importante para el chico de mejillas regordetas y ojos gatunos que eran de color marrón: no podía decirle un "te amo" a su novio.

El día del cuarto aniversario LuHan no pudo ir a Corea así que MinSeok tuvo una idea que era muy hermosa para su pareja. Ir a New York para darle una sorpresa, el menor sabía inglés así que sería fácil comunicarse con los de allá. Tomo una valija pequeña ya que iba a estar una semana porque luego tendría que volver al trabajo que él hacía de profesor de infantes, amaba a los niños pero nunca le dijo a LuHan que si podían adoptar igual, ya sabía su respuesta "no tenemos tiempo suficiente para nosotros y quieres tener un hijo conmigo. Luego hablamos de eso." Algunas veces a MinSeok le dolía sus palabras que parecían salir con veneno y querer alejarlo de él. No sabe cuánto tiempo estuvo pensando en eso porque cuando volvió de su mundo ya estaba en el avión y ya estaba a punto de despegar "deseo que te guste esta sorpresa" pensaba varias veces hasta quedarse dormido en su asiento.

Luego de unas horas se despertó al oír que iban a aterrizar. El chico sintió sus manos temblar y sudar un poco por los nervios que tenía, cuando les dieron la indicación que podían ir bajando él fue uno de los últimos en bajarse. Cómo siempre tuvo que hacer un pequeña revisación policial y veía como se llevaban a unos pasajeros, él siguió su camino hasta que se encontró con una cafetería. Al entrar al local pidió un café con crema para llevar con un pequeño trozo de pastel de vainilla con crema y frutilla, necesitaba alimentarse después del viaje que hizo ¿No? Pues, esas ganas de comer se habían ido al ver a LuHan con otro chico, parecía que su novio no se había dado cuenta que estaba ahí así que le dijo al empleado del lugar que iba a ir al baño.

Terrible error pensaba MinSeok al ver a LuHan besándose con el otro chico que había entrado anteriormente, parecía tan... Feliz de ser besado por él que el pequeño y frágil corazón de MinSeok empezó a quebrarse "jamás te engañaría" esas palabras salieron de los labios de LuHan el primer aniversario que tuvieron, ¿Cómo no se dieron cuenta de que MinSeok estaba ahí parado?, ni siquiera se podía mover del lugar, respuesta sencilla de responder. Estaban en su mundo de enamorados.

MinSeok no sabía cuándo empezó a llorar en silencio, ya se había escondido en uno de los cubículos que había y escuchaba todas las palabras de amor que soltaba un "Hunnie", "SeHunnie" e incluso un "cariño" palabras que a MinSeok nunca le dijo, solo le decía "Min" o "Seok". Ahí el chico de ojos gatunos que estos estaban adornados en lágrimas de un amor que pensó ahora que nunca lo fue, nunca LuHan había estado enamorado de él. No soportó más estar encerrado en ese lugar tan pequeño ya que se sentía patético. Salió de su pequeño escondite mirando a LuHan con tristeza y desilución cosa que no se dió cuenta que la puerta hizo ruido y ahora ese tal Hunnie que pensaba que se llamaba SeHun lo miraba con cierta sonrisa triunfante cosa que hizo que el corazón de MinSeok se rompiera más.

-MinSeok... –susurró LuHan al mirarlo en ese estado y por primera vez, se odió por no seguir las palabras de sus amigos. El primer nombrado sintió enojo y tomó a LuHan de sus hombros ya que no tenía la camisa.

-MinSeok, Min, Seok. Nunca me dijiste apodos con cariño. –LuHan se quedó callado, era la primera vez que se sentía tan pequeño, tan... Patético.

-Dime LuHan ¿Me amas? Estoy esperando que me mientas.

-Y-yo... MinSeok, yo te amo. –dijo tocándose el pecho sintiéndose lo peor del mundo, sus amigos tenían razón, debió hacerles caso y haber dejado al chico que estaba llorando a más no poder, se sintió lo peor del mundo o no sabía si ya lo era.

-Te ví tan feliz con él... Si te sigo preguntando si me amas por favor, dime que sí, así cantaré en mi interior un "la la la la" fingiendo que te estoy escuchando... Ah, y un feliz aniversario, Xiao LuHan. –dijo antes de irse de aquella cafetería al ya comprar todo y que le dieran su café que en ese único día tenía sabor amargo, no importó cuánto azúcar le ponga, siempre lo sintió amargo. Tal vez MinSeok empezaría a cambiar.

Tres años después.

-Pero Yifan, no puedes hacer eso, es trampa. –dijo un MinSeok ya alegre con su nueva pareja, estaban en el parque jugando a las cartas. Lo conoció luego de un año de que pasara lo de LuHan y ya se sentía mucho mejor, Yifan era muy atento con él aunque un poco tonto algunas veces, aparentaba frío pero era un amor de persona.

-¿Quién dice que el uno color rojo y el dos de color verde no pueden estar juntos? –preguntó Yifan mirando fijamente al más enano de ellos dos mientras se acercaba a su rostro con intenciones de besarlo.

-Las reglas del juego, mi chico. –dijo un MinSeok con una sonrisa decorada con sus mejillas rojas hasta que escuchó una voz familiar.

-¡MinSeok, te amo! –el nombrado se apagó tanto a su pareja actual que con miedo se dió la vuelta y ver a la persona que le rompió aquel corazón de cristal que tenía.

-Nunca lo hiciste, déjame ser feliz ahora. –dijo cuando LuHan se acercaba a él. El menor entre ellos tomó a Yifan de su rostro con cuidado para dejar pequeños besos en sus labios, no era para demostrar que lo había olvidado, era para sepa que no tenía que seguir diciendo que lo amaba y como siempre, en su interior se decía un "la la la" para concentrarse en otras cosas que en palabras hirientes.

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⏰ Última actualización: Jul 19, 2020 ⏰

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