Instituto de Homosexuales Plus

La despedida.

En un Instituto de la Ciudad Capital, dos chicas rubias festejan, entre besos y caricias, que por fin terminaron la secundaria. Dispuestas a todo, felices de haber cerrado un ciclo juntas, disfrutan de los últimos días en el lugar donde se conocieron y se enamoraron.

Algo más lejos, en otra ciudad, un chico moreno de cuerpo atlético y un rubio muy pulcro se encuentran llevando las cajas con las pertenencias de este último. Comenzarán a vivir juntos y a estudiar en la misma Universidad, porque la experiencia de extrañarse y la distancia fue demasiado para ellos y decidieron engañar un poquito al destino.

En una casa de pueblo, dos chicas se encuentran tomadas de la mano mientras tocan la puerta. Una mujer las recibe con una sonrisa y saluda con mucha emoción a una de ellas, la más bajita de las dos, y luego abraza a la otra, su hija. Jessie, contra todo pronóstico y superando sus barreras, está presentando a su novia ante su familia.

En las pasarelas de una de las ciudades de la moda más importantes, una morena con cuerpo de diosa del Olimpo se encuentra modelando mientras muchos la fotografían. Sonríe a las cámaras, se siente y está en su elemento, y da una vuelta para mostrar lo hermosa que es la falda de su vestido. Vuelve a entrar a un camerino, para el cambio de vestuario, y le guiña un ojo a su reflejo en el espejo para mostrarse más segura de sí misma.

En la costa del mar, dos chicas, una pelinegra y otra de cabellos grises, se encuentran jugando vóley con sonrisas felices decorando sus rostros. Al tratar de golpear la pelota, Laila cae al piso y su compañera, ni lenta ni perezosa, se acerca para tirarse sobre ella. Comparten algunos besos antes de que su espíritu competitivo vuelva a surgir y comiencen a jugar de nuevo.

Y, si bien no es el final de sus historias y tienen una vida por delante, aquí terminan de compartirla. A pesar de las buenas experiencias, todo lo que empieza termina, por más hermoso que sea.

De parte del Instituto, de sus alumnos y mía, les agradezco por todo lo que hicieron hasta acá.

Y recuerden: siempre serán bienvenidxs al Instituto Poland, pues sus puertas estarán abiertas para ustedes cuando quiera que lo necesiten.