Único

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La tarde era algo fría, sin embargo apenas el cielo estaba cambiando al color rojizo típico de un atardecer, era un poco extraño debido a la época de primavera en la que se encontraban.

— ¿No quieres pasar el rato en mi casa? Eso si tendríamos que pasar a comprar cualquier cosa, mamá no está por ese viaje del que te conté el otro día, ese de Busan. —recomendó el rubio.

Se encontraban caminando para tomar el bus que los llevaría a sus hogares después de sus últimas clases. A pesar de que debían tomar distintos, el bus que Taehyung tomaba pasaba por unos de los lugares donde Jungkook podía tomar el bus que lo llevaba hasta su casa, era simplemente para pasar más tiempo juntos, a pesar de que prácticamente estaban juntos todo el día.

Estar en distintas clases debido a los 2 años que se llevaban era una buena excusa para ellos, exactamente para quejarse de que los recesos no eran suficientes para complacer sus parlanchinas bocas.

O complacer sus seres acostumbrados a la presencia del otro, no es como que pensaran demasiado las razones del porqué tanta necesidad de estar pegados como sanguijuelas.

—Se escucha bien, después de todo es viernes, así mi madre me dejaría quedarme también. —Su expresión pensante hizo sacar una sonrisa de parte del mayor. —Debería llamarla. —Procedió a hacer la acción, fallando al no recibir respuesta de su madre.

Quedando en marcar luego, se dirigió junto al rubio al centro de la ciudad, no muy lejos de su lugar de estudio. Pronto caminando más lento debido a la pereza del menor.

— ¿Es necesario pasar a comprar? —preguntó con cierto aburrimiento cuando Taehyung se quedó parado frente a una tienda, viendo algo nada que ver con comida.

—Jungkook, no sé cocinar, y tú solo sabes hacer fideos —dijo sin voltearse, —Vamos a morir de hambre.

— ¡Pero se hacer fideos! —exclamó.

— ¡Sin sal! —Se dio la vuelta para reclamarle.

—No es mi culpa no saber calcular cuanta cantidad va en la cuchara. —dijo mofándose. Viendo como el mayor rodaba los ojos para comenzar a caminar, inmediato el castaño le siguió. —Podríamos pedir pizza.

—Que asco, claro que no. —se quejó mirando a su alrededor buscando algún minimarket.

Cuando finalmente ubicaron uno, caminaron con tranquilidad por las veredas.

—Sigo sin creerme que no te guste la pizza, —siguió caminado detrás de él, sin prestar atención a su alrededor.

—Eres tú el goloso que come todo. Cuidado —advirtió tomándolo de la chaqueta negra, evitando que el menor siguiera caminando, evitando cualquier accidente en aquel cruce. Jungkook ciertamente estaba acostumbrado a eso, no era con intención, simplemente se centraba mucho en el rubio cuando conversaban. —Deberías fijarte más por donde vas pisando, tonto. —le regañó, aunque sabía, como las veces anteriores, que aquello no pasaría.

Dejaron la conversación hasta ahí cuando cruzaron para entrar al supermercado, caminando con tranquilidad, aunque terminaron casi trotando cuando entraron a escoger que llevarían, separándose unos minutos.

Cuando salieron del lugar después de esperar por pagar, se sumieron en una conversación quejándose del porqué uno gustaba de una cosa que el otro podía odiar.

Y a pesar de que había cosas que no compartían, siempre iban a coincidir en amar las gomitas de fresas, las favoritas de las dos. Por ello cuando pudieron sentarse tranquilamente en el bus, lo primero que hicieron fue abrir uno de los paquetes de gomitas.

No soy gay | kookv osDonde viven las historias. Descúbrelo ahora