Capítulo I

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Capítulo 1:

Me levanté de mi cama, me estiré y me sonaron huesos.

─ ¡Au! ─ Me quejé.

Cogí mi rosario que estaba en mi veladora y recé. Cuando terminé empecé con lo común: tender la cama. Sí, yo SÍ la tiendo. Luego, me dirigí al baño que queda en mi misma habitación. Me miré al espejo, tengo un poco de ojeras. Ayer jueves me desvelé estudiando por si acaso tomaran un examen oral sorpresa, tengo que estar preparado para cualquier cosa.

Me lavé la cara, me cepillé los dientes, me afeité la poquita barba que me había crecido, hice mis necesidades y me metí a la ducha. Me puse a tatarear y cantar mientras me enjabonaba el cuerpo. Tenía en mi cabeza una canción. Se llama “Dangerous” de David Guetta. La escuché y se me pegó. Es difícil dejar de pensar en el tonito de la canción.

─ Oh oh ohhh oooaahh ohh… Dangerous…─ Canté y sonreí.

Salí del baño con una toalla blanca enrollada en mi cadera y con mi cabello empapado goteando agua. Caminé hasta el closet y cogí rápidamente un polo blanco, pantalones algo pegados negros y mis vans de siempre. Antes de eso, obviamente me puse unos bóxers, pero no es necesario contarlo, ¿o sí?

Prendí la secadora y me sequé el cabello. No me gusta cuando me queda mojado, además que gotearé todo el piso por donde camine. Salí del baño y caminé hacia mis maletas  y… ¿Olvidé contar que era un internado? Creo que sí… La educación religiosa dura entre 7 u 8 años. Es bastante tiempo que una carrera universitaria, pero, de todas maneras prefiero esto.

 Caminé hasta la puerta con las maletas en cada mano. Me despedí dramáticamente de mi cuarto, lo iba a extrañar mucho. Salí al pasillo del resto de los cuartos del segundo piso y me dirigí hacia las escaleras. Bajé al primer piso, y dejé las maletas en un costado. Quien se choque y se caiga al piso es su problema. Fui hasta la cocina para desayunar y me encontré a mi mamá preparando mi desayuno. Bueno, espero que sea mi desayuno porque tengo mucha hambre. Me acerqué a ella por detrás caminando lentamente y en silencio. Cuando mi boca estaba cerca de su oreja le susurré:

─ Buenos días, má.

Y la abracé por atrás. Gritó y volteó, asustada. Me reí por su reacción y ella me pegó en la cabeza de manera cariñosa.

─ Ay, Louis, me vas a matar un día antes de tu gran día. ¡Qué mal hijo eres!

Me reí ligeramente incómodo por su comentario. Últimamente está muy obsesionada con el tema de que voy a pasar mi vida en el Seminario. A veces me cansa escucharla siempre hablar del mismo tema, que soy su único hijo y que está feliz de que he tomado la mejor decisión de mi vida y que me extrañará y bla, bla, bla…

─ Sí, mamá. Ehh… ¿Ese es mi desayuno? Tengo mucha hambre.

─ Sí, cariño. Buenos días para ti. Nútrete bien. Come lo que quieras, es tu último día en tu casa.

Fingí una sonrisa sólo alzando las comisuras de mi boca y me senté para empezar a comer. Ella salió un rato de la cocina. Comí en silencio. Pensaba en mi futuro. No quería admitirlo, pero estaba algo nervioso. No sé lo que me espera en ese Seminario. Si me tratarán bien o no. Si me gustará vivir allí, viendo muchos chicos de mi edad todos los días por largo tiempo. No lo sé. En el fondo siento que será bueno, pero algo dentro de mí no acepta la decisión que tomé y me hace sentirme confundido y no tan contento.

Mi madre regresa con una pequeña caja de regalo con moño y todo. Qué será.

─ Mira, hijo. Quiero darte esto, perteneció a tu padre.

Lo tomé en mi mano y desenvolví el papel de regalo. Abrí la caja y lo observé. Era un collar con un dije de cruz plateada de diseño sencillo.

─ Mamá, gracias, pero… Es que…─ Empecé a balbucear por la emoción.

─ No agradezcas, hijo. Esto siempre fue tuyo. A él le hubiera gustado que lo uses. Estoy segura que te lo hubiera dado. Vamos, póntelo, Lou. Quiero verlo colgando de tu cuello.

Le sonreí y estaba a punto de colocármelo, pero recordé algo.

─ Espera… ¿Por qué lo envolviste tanto si es un objeto que perteneció a Papá? ─ Pregunté curioso.

La cara de mi mamá se palideció un poco. Miró el alféizar de la puerta y caminó hacia ella.

─ Ay, Louis, siempre tan curioso─ Dijo con una risita que parecía fingida.

La seguí con la mirada y observé cómo se peinaba el cabello y se miraba en el espejo que está en el recibidor.

─ Ya… Contesta mi pregunta. – Pregunté más serio. Tenía el collar en mi mano apretándolo un poco.

─ Ay, hijo. ¿Te vas a molestar por haber envuelto el collar de tu padre para que luzca más…? – Buscó una palabra, pero me adelanté.

─ ¿Más bonito y especial? – Pregunté con la voz relajada.

─ ¡Sí! Eso mismo. Quería que fuera más especial para ti recibir algo tan sagrado como un collar de tu padre.

Le sonreí y la abracé. Ella me abrazó y me susurró en la oreja.

─ Pronto lo verás, cariño. Sé fuerte y no tengas miedo.

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¡Hola, chicos! Soy yo de nuevo,Rocío. Esta vez no es un One shot, es una novela con una temática religiosa. Por si se lo están preguntando... Sí, habrá Smut ;) Pero en su momento... Calmaaaa calmaa... Espero les guste, comenta qué tal te parece y si tienes dudas coméntalas... Bueno, eeeeso era todo, disfruten la lectura y comenten!! Salu2... ahre no xd Saludos!

Tu pecado, mi pecado, Nuestros Pecados> Larry Stylinson <Donde viven las historias. Descúbrelo ahora