un beso sin sabor 14

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Los gritos y las risas Me despertaron, asomé la cabeza fuera de la habitación, pude ver a Emma y sus amigas, hablando y riendo.

Comentaron Cómo Emma había rechazado a Tomás, Y cómo se había ido con otro tipo, Eso sí me sorprendía Emma no era de ese tipo de personas, pero ahora entendía porque Tomás había venido borracho una noche antes, trayéndole una desafinada serenata y porque me había pedido no decirle nada.

Era triste, Tomás parece una persona agradable Y pensé que le gustaba a Emma.

En ese momento recordé algo importante, el teléfono de Emma no dejó de sonar y vibrar toda la mañana, corrí para tomar la tablet, ser la asistente de Emma tenía sus ventajas, Hacienda Star sincronizadas Y enteradas de todos los movimientos, la tablet, el celular de Emma y la computadora, estaban enlazados y sincronizados.

Me dispuse a revisar las llamadas y los mensajes, todas las llamadas serán de Julia, salvo las primeras dos, esas eran de Tomás, con los mensajes era parecido unos eran de Julia, otros eran de Selenia, algunos otros eran de los clientes y uno era de Tomás.

Era un audio largo, tomé los audífonos y decidí escucharlo.

- Hola Emma, ni siquiera sé porqué Estoy haciendo esto, fui a tu casa... no sé si te lo dijo tu asistente del mal... tal vez en estos momentos estés con él, quisiera decirte que no me importa pero sería mentir... la verdad Me estoy muriendo de celos- se escucha un suspiro largo - no sé qué pasó... pero para es real... tal vez estés acostandote con alguien más en estos momentos... pero no me importa... quiero estar contigo... todos podemos cometer errores, yo no soy un santo... Emma... si estás confundida... no te voy a juzgar... te quiero Emma y estoy aquí para ti- se podía escuchar su voz quebrándose - y si tú quieres lo podemos hablar... creo que eso es todo... voy a estar esperando Emma-

Estaba sorprendida, Tomás sabía.

Conozco a Emma desde que yo era una niña, es una persona cálida, generosa y amorosa, odiaba todo lo que estaba pasando pero salvaría la dignidad de Tomás.

Borré el mensaje con el audio y las llamadas marqué otras como no vistas y no leídas para despistar un poco a Emma, quizás con la ausencia de Tomás, comenzaría extrañarlo.

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Me vestía rápidamente, tomé mis cosas y antes de salir de ese departamento, le eché una última mirada al tipo que roncaba sobre la cama, mi teléfono sonó, era la notificación de mi uber.

De camino a mi casa hice un pequeño recuento de estos días de mi autodescubrimiento promiscuo, ya no lo sentía con la misma emoción, comencé a preguntarme cómo es que era tan fácil para Julia, no estaban ni cerca de su promedio de conquistas pero aún así me comenzó a aparecer cansado, No negaré que al principio me sentí empoderada, la sensación de la cacería era divertida, pero esta fila enorme de chicos acercándose a mí sólo por el resultado final, comenzaron a sentirse victorias vacías.

Al llegar a mi casa, no pude evitar ver mi reflejo en el espejo que estaba junto a la salida, ese espejo que muchas veces me dio un empujoncito, un último vistazo, un sentido de aprobación, el mismo espejo me estaba juzgando.

Se como suena, la idea de que un espejo puede juzgarme  suena estúpido, pero no lo es, la mujer hermosa que salía de casa no era la misma que volvía, pude verme frente a él con los ojos cansados, la ropa arrugada, el maquillaje corrido, el cabello despeinado y un semblante triste.

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