Live for love [Steve Rogers y tú]

PRÓLOGO

Katherine's POV:

Miré el reloj de la pared por enésima vez, 11:30, ok, empezaba a asustarme, llevaba media hora esperando. Seguramente el tramite del papeleo de despido era muy tardado.

-Señorita Parks-dijo el agente Coulson entrando a la habitación. Di un respingo. -Lamento haberla hecho esperar.

-¡Por favor no me despida! ¡Sí hay algo que no le gusta de mi trabajo lo cambiaré, le prometo que mejoraré pero no me despida! -dije apresuradamente. -Encontrar trabajo fuera de SHIELD sería muy difícil y...

-Señorita Parks-interrumpió Coulson. -No la voy a despedir, al contrario, la voy a ascender. El alma me volvió al cuerpo.

-¿En serio?

-Sí, su superior el agente Richards la considera apta para el proyecto -continuó Coulson. -¿Ha oído hablar del proyecto "Vengadores"? -asentí boquiabierta. -Bueno, será parte del equipo, y un miembro del equipo la entrenará. Pronto se le informará más, vayamos a que conozca a sus compañeros.

Salí de la sala de juntas junto con Coulson, miró más allá de mi campo de visión y sonrió.

-¡Cap! -llamó Coulson e hizo un gesto.

Un hombre de casi dos metros de altura, cabello rubio y ojos azules se acercó. No lo podía creer; ¡era Capitán América! Mi padre había comprado una tarjeta conmemorativa de él en 500 dólares, e incluso creo que daría el dinero que dio para mi universidad por estar a 90 metros de distancia de su ídolo.

-Ella es Katherine Parks ya te había hablado de ella -dijo Coulson. -Los dejo solos para que se conozcan.

Le extendí la mano al célebre Steve Rogers.

-Katherine ... Parks, es un honor -dije nerviosa y entusiasmada.

-Escuché tu nombre la primera vez -dijo secamente Steve, se despidió de Coulson respetuosamente y se fue, dejándome con la mano en el aire.

Steve's POV:

Enrollé furiosamente las vendas en mis manos y busqué el saco de boxeo. Golpe tras golpe intenté sacar todo mi enojo. Di otro golpe de frustración cuando Tony entró.

-¿Estás enojado? -preguntó sarcásticamente Tony.

Me volví al saco.

-¡No, para nada! -grité. -¡Estoy increíblemente bien! ¡Estupendo! ¡Eufórico!

Con el último golpe tiré el saco y terminó en el otro lado de la sala. No me había dado cuenta de la carpeta que llevaba Tony. Abrió la carpeta y buscó algo en su iPad. Pasó la vista de la carpeta al iPad repetidamente.

-¿Qué haces? -pregunté.

-Es porque se parece a ella, se parece a Peggy, ¿verdad? -preguntó Tony en forma de respuesta.

-¡Ella nunca va a ser como Peggy! -tomé mis cosas y me fui.