•N•
Al cumplir 18 años deberás apreciarlo aquellas sombras se volverán reales, tu deberás ayudarlas, tu alma pura y sana los hará ver qué tú serás su guía hasta que estos logren ser completamente humanos.
•Narracion Normal•
Andrea como todos los días se levantó, hizo una oración agradeciendo un día más de vida, después de eso hizo su cama, tomo un cambio de ropa un poco formal y luego se dió una ducha un tanto fría para poder despertar bien y alejar cualquier pensamiento pecaminoso, pero todo eso lo hacía porque esas sombras le pedían que no pensará cosas asi, que no hiciera cosas que pusieran en riesgo su mente, cuerpo y alma, no debía pecar, debía ser pura, asistir a la iglesia y cosas así, esas cosas la protegían de todo, pero ella seguía sin entender, ¿Que querían de ella?.
—¿Hija? — dijo el padre de Andrea.
— Estoy casi lista padre solo un minuto — dijo Andrea mientras arreglaba su cabello.
El padre de Andrea entro a la habitación y pudo sentir la presencia de más personas en la habitación aunque el sabía perfectamente que esas cosas como decía su hija la siguen desde que tenía dos años y justo todo empezó el día que los hijos de su amigo y vecino Kingston.
— ¿Recuerdas que antes decias que tenías a dos amigos imaginarios? — dijo el padre de Andrea con una tierna sonrisa pero en ese momento sintió como si alguien estuviera detrás de el pero no había nada.
— claro, ¿Cómo olvidar?, Hasta el día de hoy los veo pero no sé solo aparecen cuando es necesario tal parece — dijo Andrea mientras miraba la hora en su móvil.
El padre de Andrea había escuchado voces en la habitación de su hija cuando no estaba esas horribles y distorsionadas voces le hacían que se le helaran hasta los huesos.
— padre, ¿Tu sabes que pasó con los hijos del señor Kinston? — pregunto Andrea mientras se sentaba junto a su padre.
Andrea notó que su padre no esperaba esa respuesta porque los colores se le fueron parecía haber visto un fantasma.
— ¿Lo que pasó?.
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Decían que tentar el poder de dios era malo y estos chicos lo habían descubierto, ambos chicos solían burlarse de las absurdas cosas que según ellos decía la iglesia, solían decir cosas como: "¿Una serpiente que habla?, Por favor es la cosa más estúpida", "¿Si la homosexualidad está mal por me folle al pastor?", Y cosas así solían decir retando su propio destino, arriesgando su propia alma, pero a todo pecado se le da un castigó.
Los chicos estaban solos en casa, mirando la televisión sus padres casi siempre trabajaban pero era para darles un buen nivel de vida, los chicos notaron como si todos lo focos de la casa estuvieron por romperse, el menor fue el primero en tener miedo sin saber que talvez no moriría pero lo harían pagar.
— ¿Ahora vez que no es bueno tentar el poder de dios? — dijo el más chico viendo cómo las paredes parecían quemarse.
— igual moriremos y nos iremos al jodido infierno — dijo la chica.
Ambos corrían al segundo piso, trataban de abrir las puertas pero todas parecían tener seguro, la habitación del más chico logro abrirse pero dentro de esta había algo como un ángel sus alas eran negras, de sus ojos parecían caer lágrimas de color negro y parecían quemar su rostro, ambos chicos notaban como ambos tenían las manos y ante brazo de color negro y de sus ojos salían lágrimas negras están les quemaban el rostro, aquel ángel los llevo aún lugar oscuro.
Cuando los padres llegaron la casa estaba en perfecto estado, la televisión estaba encendida pero no había rastros de ninguno, al instante los padres salieron a la estación de policía para reportarlos como perdidos pero la búsqueda seguía aún cuando ya habían pasado 15 años.
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— Entonces dices que no podías dormir porque viste a dos chicos?— dijo Ingrid amiga de Andrea.
— no eran solo dos chicos estaban en mi puta habitación mirando como dormía y sus ojos eran negros con lágrimas negras — dijo Eduardo nervioso.
— Es la cosa más tonta que he escuchado — dijo Andrea mientras seguía escribiendo algunas cosas que debía comprar en su libreta.
— no me crean pero el día que les pase a ustedes me voy a reír — dijo el y Ingrid comenzó a reír— ¿Cómo vas con lo de tu fiesta?, Bueno ahora que tus padres se divorciaron —.
— Nada fuera de lo normal tengo todo solo falta algo pero eso lo debo hacer sóla — dijo Andrea con una hermosa sonrisa.
— Si no tuviera novia te juro que estuviera loca por ti — dijo Ingrid pero en ese momento sintió como alguien apretaba uno de sus hombros.— mira Eduardo deja de estar jodiendo—.
— Yo no te hice nada maldita loca — dijo Eduardo.
Ambos chicos empezaron una infantil discusión, Andrea solo rio por eso y siguió con lo suyo pero entre las cosas que apuntaba está la hora en la que debía estar la casa de aquella bruja aunque un padre debía ir, Andrea haría realidad la petición de aquellas sombras volver a ser humanos sabían que tomaría tiempo pero Andrea sería su guía hasta que su cuerpo dependiera de si mismo y si alma fuera pura de nuevo.
— Andrea ¿ Me estás haciendo casó? — dijo Ingrid mientras pasaba su mano frente al rostro de la otra.
— Lo siento, no escuché lo que dijiste — dijo Andrea mientras parpadeaba un par de veces.
Andrea se distrajo de nuevo pero está vez era diferente aquellas sombras eran más visibles y apesar de ser hermosos a su vista se dió cuenta que las lágrimas les quemaban, sus manos y ante brazo de aquel color negro parecían sangrar mientras se asían visibles, Andrea al ver eso trato de seguir a los chicos pero ambos comenzaron a correr buscando un lugar oscuro su piel sangraba, Andrea los perdió y se dió por vencida pero una voz a sus espaldas la hizo querer encontrarlos.
—Solo debes esperar y sabrás.
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The shadow
RandomAquella chica siempre sentía que alguien o algo la seguía como una sombra pero trato de no darle importancia a eso hasta el día en que aquello se manifestó.