#33 ¿Enserio?

217 30 54
                                    

Pov Omnisciente

Los minutos ya habían pasado en la casa del castaño.

Sin darse cuenta, quizás, incluso ya habían pasado unas que otra hora.

Sin duda, cuando uno se divierte o está en un ambiente agradable, el tiempo se va volando.

Y como ya era tarde, el pelinegro debía irse a su casa en cualquier momento.

Quizás, entre antes mejor, después de todo, sus padres podrían estar preocupados por él.

Y dios, seguro que lo estaban, su madre ya te había marcado para verificar si seguía vivo, ahí fue cuando se dieron cuenta de la hora, y que el pelinegro ya debía retirarse.

- Si mamá- respondió mientras colgaba la reciente llamada que había tenido con su madre. - Bueno, creo que ya debo irme- comento levantándose del sofá, siendo copiado en su acción por las otras tres personas.

La pequeña castaña se acercó a él con cara triste y le abrazo con un koala se abraza a una rama de árbol.

Después soltó un suspiro.

- Me encantaría que te quedaras a dormir con nosotros- agrego pensando en voz alta-, ¿es posible que te quedes a dormir aquí? - cuestiono separándose un poco de su abrazo para mirarlo con ojos de súplica. - ¿Sí? - cuestiono una vez más.

- No, perdón, mi madre ya estaba un poco preocupada, creo que lo mejor es ya retirarme- respondió abrazando a la pequeña un poco, ya que después esta se zafo.

- Por favor, además de que no sería la única feliz de que te quedes- comento mientras se acercaba a su hermano y lo abrazaba esta vez a él.

- ¡Niña! - grito el castaño con un sonrojo en sus mejillas.

- ¿Lo ves? - cuestiono la chica sonriente.

- Hija, deja a tu hermano, y Token ya dijo que no puede, quizás en otra ocasión, ¿cierto? - cuestiono esto último viendo al ya nombrado.

- Así es- afirmo con una sonrisa.

Aquella familia era bastante divertida.

- Si no me tocas algo en tu - cuestiono la pequeña regresando a abrazarlo.

El pelinegro sonrió- Claro que si- respondió tocando su cabello. - Pero por mientras ya me tengo que ir- informo, más la pequeña no se movió del abrazo que le daba.

Por lo que el pelinegro camino así hasta la puerta principal.

¿Y saben cómo caminan los patitos? Más o menos así se veían.

La pequeña no dejaba que el pelinegro caminara bien, por lo que este tenía que caminar con cuidado de no pisarla o tirarla.

- Ven más seguido- pidió la chica mientras arrastraba las palabras.

- Esta bien- respondió divertido.

Aquello le recordaba cuando él se abrazaba a sus padres y no los dejaba irse para que se quedaran con el jugar solo un poco más.

Aquello lo podría estar pagando en aquello momentos.

- Hija, suelta a Token, ya debe irse- le ordeno su padre.

- Pero papá- arrastro una vez más las palabras mientras hacía hacia atrás el cuello sin dejar el abrazo.

El castaño soltó la risa- Pareces un koala- comento divertido.

- El que debería parecerlo eres tu- le respondió la chica abrazándose un poco más al pelinegro.

El castaño, por su parte, solo su sonrojo un poco y desvió su mirada con algo de vergüenza...

Su MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora