Para J.

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No es que no sepa que siento por ti,
es que me da miedo de admitirlo por cómo tu eres.

No quiero que me hagas sufrir,
mucho menos llorar,
pero eres una mezcla de limón y sal.
"No hace falta cambiarte nada",
me digo a veces,
pero en realidad sí,
me gustaría cambiarte muchas cosas que hacen mal pero que no estas dispuesto a hacer.

No puedo odiarte aunque quisiera, aunque no podría odiar a nadie en realidad;
tú me haces mal y por eso te quiero alejar aunque me das curiosidad y tantito de paz aunque más llorar.

Puede que con esto esté admitiendo lo que creo sentir por ti y todo lo que tú representas para mí desde que llegaste a mi vida,
aunque al principio no creí que me hicieras algún mal con un par de mal risas desperdigadas en mi cama.

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