Mini NaruHina

Los amigos de Hinata

Siempre se consideró una chica con sueños y amor por la vida. Creía firmemente que algún día obtendría todas sus metas profesionales si ponía empeño y dedicación en ello. Amaba a su familia y amigos, y sabía que ellos eran suficiente para al final del día sonreír y ser feliz.

Cada noche veía una serie con su pequeña hermana, y más tarde cenaban con su padre que siempre les preguntaba por su día y ella siempre corroboraba que estaba poniendo empeño para ser una mujer exitosa.

A veces Hanabi le pedía que la dejará dormir con ella, y aunque sabía que aquello podría enfadar a su padre, no podía negarse si su hermanita se lo pedía de un modo tan tierno –. "No le digas a papá" – le decía cada vez que se metía entre las cobijas. Hiashi insistía en que sí Hanabi seguía siendo tan consentida por Hinata terminaría por convertirse en una niña malcriada, cosa que para nada creía que pudiera resultar así.

Por las mañanas ponía mucho empeño en sus clases y más tarde se refugiaba en la biblioteca. No era el único ratón de biblioteca, de hecho, sus mejores amigos también lo eran.

Kiba y Shino eran muy inteligentes, y seguramente competirían con ella por la mejor nota de su generación. Pero ellos no estudiaban lo mismo que ella, lamentablemente, porque de ese modo tendría compañía durante clases.

- Hina, mañana haré una reunión en mi casa, algo tranquilo.

- Eso dijiste la última vez kiba – le regañó – y termine vomitando en tu baño.

Al parecer para sus amigos fueron graciosas sus palabras y Hinata les frunció el ceño.

- Bien, tal vez nos excedimos – le dijo Shino – pero tenías que tener la experiencia de tu primera borrachera.

- No estuvo tan mal – Kiba cruzo sus brazos por detrás de su cabeza – te cuidamos todo el tiempo y tu padre no se enteró de nada.

- Aun así, no me gustó la sensación de sentirme mareada, menos de tener el estómago revuelto.

- ¿La cama voladora? – Shino siempre podía leer sus pensamientos.

- Lo odie.

- Todos lo hacemos.

- Bien, bien, no te estoy diciendo que tengas que beber mañana, solo acompáñanos.

- Siempre que insistes es porque estas planeando algo – la sonrisa de Kiba brilló.

- Sabes que no puedo mentirte.

- ¿De qué se trata?

- Te presentaremos a alguien.

- Paso.

- Vamos Hina – le insistió Kiba – sabes que te adoro y que si no creyera que Naruto es un buen prospecto para ti, ni siquiera intentaría presentártelo.

- Yo lo apruebo – le dijo Shino – Naruto me agrada.

- Pues me alegra que les guste y que mañana puedan hacerle compañía, yo estaré como cada noche viendo series con Hanabi.

- Vamos Hina – le dijo Kiba – eres como mi hermanita, y te confieso que en cuanto conocí a Naruto, supe que tenías que quedártelo tú.

- ¿Por qué crees que quiero un novio?

- Todos queremos una pareja, ¿no?

- Yo no, soy feliz como estoy.

- Mentirosa – le dijo Shino – y en todo caso apoyo a Kiba, creo que debes conocer a Naruto. Además, nunca antes hemos intentado presentarte a alguien, eso debería ser suficiente para que confíes en nosotros.