Alba Manteiga
Tanta vida, tanto tiempo, tantos momentos, tanta capacidad, tanto talento y tú caes del cielo golpeando la tierra por semejante impacto. Me duele ver que estés así, sin rumbo, como si hubieras olvidado quién eres, aunque creo que lo has hecho, te has perdido. No eres capaz de ver a color, ni de escuchar bien, no sientes nada es como si toda tú hubieras escapado de tu cuerpo. Abres los ojos y todo está en blanco y negro y tu entorno parece una imagen borrosa. Sin pensarlo dos veces te hechas a correr dejando atrás todo, pero no sabes a dónde ir y eso me preocupa puede que te golpees contra algunos árboles en el camino. Sigues corriendo, pero no te concentras en nada, escuchas todo y ves todo a tu paso, pero no sabes lo que está pasando porque no prestas atención y puede haber peligros en el camino.
Pero después de horas, días, semanas, meses o hasta años corriendo sin que nada te importe una gota de lluvia que cae en la frente, justo en tu mente y va deslizándose poco a poco a donde late tu corazón conectando así dos órganos vitales. La lluvia empieza más fuerte y agresiva, pero tú finalmente te detienes para sentirla. Ha pasado tanto tiempo desde que no te veo tan tranquila. Elevas la cabeza y cierras los ojos dejando que la lluvia toque todo tu cuerpo y sintiendo como cada gota hidrata tu piel. Te sientes bien, aunque tu pelo este mojado al igual que tus prendas y tus zapatos. Después de sentir la lluvia por un rato empiezas a dejar que tus otros sentidos trabajen y empiezas a escuchar con atención el sonido de la lluvia, las gotas cayendo en las hojas de los árboles y la brisa pasando de un oído al otro. Empiezas a oler el pasto mojado y el olor fresco de los pinos. Ahora entiendes el fresco sabor del agua que cae a tus labios. Por último, dejas que tus ojos se abran lentamente y empiezas a ver toda a colores. El verde de las hojas, el café de los troncos y otros muchos en las flores, el cielo gris y en frente de ti hay una cabaña.
Entras a la cabaña por alguna razón ya no siento tanto miedo por ti a pesar de que sé que tú en verdad tienes miedo. Todo está obscuro una chimenea es lo único que alumbra el interior. Decides dormir y dejar de pensar en el futuro por un momento. Después de un largo sueño despiertas y toda la habitación está iluminada. Te sientes relajada y feliz ya que tienes un buen presentimiento sobre esto. Empiezas a explorar la cabaña y una habitación llama tu atención. Te adentras en aquella habitación la única que no está vacía. Notas que tiene muchos marcos de fotos, pero ninguno tiene alguna foto. Te acercas al marco más grande que parecía tallado en oro y con un grabado un tanto extraño. Los quiere tocar, pero en cuanto tu dedo está a punto de hacer contacto con el marco un fuerte viento azota la puerta de la habitación y esta se ve inmersa en la obscuridad. Inmediatamente aparece una luz en el techo que alumbra toda la habitación dándole vida a los marcos que ahora tienen fotos. Todas aquellas fotos son tuyas, la habitación se volvió la galería de tus recuerdos.
Pasa viendo con demasiada atención cada foto recordando cada momento. Esto a mí me pone nostálgica recordar todos aquellos momentos contigo. Tú estás viviendo cada retrato y después de mucho tiempo ves el último y el más grande. Un espejo que se concentra tanto en ti como tú en él. Después de un tiempo admirando aquel reflejo pones la palma de tu mano en el espejo como si quisieras comunicarte contigo. Una lágrima cae de ti pero no de tu reflejo. Tú estás triste, pero ella ha vivido plenamente. Ahora entiendo lo que pasa. Poco a poco te despides de cada memoria y dejas la habitación. Dejando caer lágrimas caminas hacia la puerta por la que entraste a esa cabaña ahora para salir. Abres la puerta y solo ves blanco, una brisa te roza y sientes como te llama. Sabes que tienes que pasar, pero antes miras atrás. Ahora puedes ver a todas las personas que estuvieron ahí en tu vida, tus amigos tu familia y también me ves a mí. Esbozas una sonrisa, con dolor inmenso te dejo partir porque yo ya tengo un camino, pero falta que tú recorras el tuyo tengo que dejarte ir para que puedas empezar a vivir.
Cierras la puerta y desapareces, pero sé que nos vamos a volver a ver porque esto no es un adiós es un hasta pronto siempre estaré en tu vida y tú en la mía.
ESTÁS LEYENDO
Siempre estaré en ti y tú en mí
KurzgeschichtenNo hay situación tan difícil como el dejar ir a tus hijos, pero a veces lo que una madre necesita escuchar es un "todo va a estar bien".