Por un deseo

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Subaru temblaba imcontrolablemente, las lágrimas seguian saliendo de sus ojos sin parar y poco a poco sentía como la vida se escapaba de su cuerpo.

Lo abrazó contra si mismo antes de que la kekkai desapareciera y los demás llegarán. En sus manos escurría la sangre de aquel hombre que tanto amaba y deseaba, del mismo que una vez le dijo "te amo" con una sonrisa pintada en sus labios mientras acariciaba su pelo con un cariño falso.

>>Dicen que cuando uno está apunto de morir siempre dice la verdad, entonces ¿Por qué me mentiste?<< Se repetía constantemente antes de caer en cuenta de un detalle.

Miró al hombre entre sus brazos y miro hacia todas direcciones asegurándose de que nadie llegará aún. Tomó su rostro entre sus manos cubriéndolo de su propia sangre y lo miro con algo parecido a la esperanza. Lo abrazo de nuevo con fuerza y emprendió camino

Sabía que estaba mal, muy mal, ese no era alguien que mereciera otra oportunidad y ese no era su destino. Si algo había aprendido después de tanto tiempo de estudio siendo la cabeza de su clan era era que el destino no podía ser alterado, o más bien no debía ser alterado.

Mientras caminaba lejos del puente Rainbow no hizo más cuestionamientos, su objetivo era claro y a pesar de no saber realmente que hacer después de llegar a su destino, siguió sin detenerse aún si sus pies flaqueran por el cansancio o que cada vez fuera más difícil cargar con los dos, el caminó sin detenerse.

•••

Estaba sentado con las manos en la frente pensando una y otra vez en lo que habia hecho. Seishirou estaba acostado en la cama de su departamento en un estado lamentable. Solo habían pasado 15hrs desde que lo había llevado a aquel lugar y cada vez empeoraba más.

La fiebre que lo atacó a mitad del camino había empeorado y Subaru se esforzaba por cambiar el paño húmedo en su frente cada cierto tiempo

Eso estaba mal, estaba más que seguro. Básicamente lo estaba obligando a vivir por su propio egoísmo sin tomar su opinión en cuenta o sus deseos.

Ahí, viéndolo sudoroso con un gesto de dolor en su rostro se preguntaba constantemente si el habría deseado lo mismo que el...

Sacudió la cabeza intentando despejar esos pensamientos. El lo amaba y esa era su única razón para desear y estaba completamente seguro que el otro no compartía el sentimiento, aunque muy en el fondo, su corazón deseaba creer en sus últimas palabras.

Miró de nuevo ese gesto de dolor asomarse en su rostro. Las vendas que había puesto en su pecho tratando de detener el sangrado estaban manchadas de rojo al igual que las sábanas y todo al rededor. Pensó en llamar a un médico, pero encontró difícil el como explicar el alarmante estado de Seishirou, así que lo pensó un poco más antes de decidir actuar por su cuenta.

Tomó su mano entre la suya y notó como poco a poco perdía la temperatura. Comenzó a llorar de arrepentimiento por haberlo llevado ahí y alargar su agonía, se arrepentía de haber deseado morir en sus manos, se arrepentía de hacer ido solo a aquel puente, se arrepentía de amarlo tanto.

Cerró sus ojos con fuerza y se levantó tirando la silla en el proceso. Tomó su llave y salió corriendo del departamento en busca de algún médico, ya pensaría en una excusa después.

Si destino era el mismo hospital donde había sido atendido después de perder el ojo. Corria desesperadamente por las calles oscuras de Tokyo rezando por qué el estuviera bien para su regreso.

Entre la bruma que sus lágrimas causaron en sus ojos y la adrenalina corriendo por su sistema pudo notar un peculiar olor a su alrededor. Por inercia se detuvo, y miro hacia su alrededor encontrándose con una extraña construcción que nunca en su vida había visto.

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