because he's pretty | minsung (esp.)

O1 • solo necesito tu número

Minho se sobresalta con el primer pitido de su alarma matutina, parpadeando adormilado mientras intenta apagarlo. No tiene el sueño ligero de ninguna manera, pero en cuanto suena la alarma se despierta en un instante. Bosteza y se estira, luego se desliza fuera de la cama y arrastra los pies hacia el baño.

Frunce el ceño ante su reflejo en el espejo: molestos círculos oscuros y cabello rubio desordenado que sobresale en diferentes direcciones. Él entrecierra los ojos y comprueba si sus azabache natural todavía se muestra, pero se encuentra satisfecho con el estado actual. Y gracias a Dios por eso; aún no tiene suficiente dinero para ir de nuevo a la peluquería.

El chico termina de bañarse en menos de diez minutos, se seca el cabello en cinco y se viste en tres.

Entra luego en la habitación junto a la suya, sin tocar, como siempre.

Dentro, una figura acurrucada bajo un montón de mantas en la cama no se mueve en absoluto. Minho se ríe entre dientes y le propina una fuerte patada.,

"¡Ay!"

"Despierta, bella durmiente".

Un rostro emerge de entre las mantas, con el pelo castaño despeinado sobre los ojos, y labios hinchados haciendo un mohín de fastidio. "¿Por qué siempre haces eso? Ya te he dicho que tu estúpido secador ya me despierta".

"Porque es divertido". Minho espera a que su compañero de piso se levante, acomodándose en la cama mientras termina de abrocharse la camisa. "Deja de enfurruñarte, Hyunjin, eres demasiado mayor para eso".

Hyunjin se tumba boca arriba, sin hacer ningún esfuerzo por levantarse. Sube las sábanas hasta que sólo son visibles sus ojos fulminantes, que se convierten en rendijas cuando se da cuenta de que Minho está filmando su reacción.

"Vete a la mierda", dice sin entusiasmo, sabiendo que no va a hacer nada contra Minho y Minho sabe que no lo hará.

Los dos habían compartido habitación desde hacía apenas un año y tres meses. Minho había tenido la suerte de vivir solo durante su primer año y, al ser hijo único, no le entusiasmaba la idea de compartir habitación por primera vez en su vida.

Hyunjin se había trasladado desde otro estado y, al ser admitido a mitad de curso, la universidad había luchado por encontrar un sitio donde alojarle antes de darse cuenta de que Minho seguía sin compartir habitación.

El recibimiento de Minho en su residencia fue frío al principio. A pesar de que la guía, demasiado entusiasta, le dijo que ambos se llevarían de maravilla -le informó de que Minho también estudiaba danza-, las primeras semanas de su vida juntos fueron vacías e incómodas; Minho se aseguraba de ausentarse lo más a menudo posible, de salir de su habitación sólo si era absolutamente necesario y nunca limpiaba ni tocaba nada que perteneciera a Hyunjin.

Casi un mes así llevó a Hyunjin al límite de su paciencia. Era amable, educado -un poco ruidoso a veces, pero estaba seguro de que no era demasiado agobiante- y francamente no tenía ni idea de por qué su compañero de piso estaba tan decidido a evitarle, así que un día se sentó en el sofá esperando a que Minho llegara a casa de sus clases.

"¿Qué haces?" había preguntado Minho tras cinco largos segundos de silencio, mirando hacia la puerta aún abierta a sus espaldas como un gato asustado, como si tuviera intención de salir corriendo.

Convencido de que realmente podría hacerlo, Hyunjin se había levantado rápidamente y se había dirigido hacia el chico mayor, tratando de ignorar la forma en que Minho retrocedía ante aquello. "Estaba pensando en que podríamos salir a cenar esta noche".