Promesas

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Una invitación de boda yacía arrugada en el brillante piso de mármol oscuro de la lujosa mansión de un joven rubio.

-Flashback-

El joven llegaba triste como hacia ya varios meses al lugar que alguna vez pareció un hogar.

Miro el sillón y sonrío con melancolía. Tantas sonrisas y besos que se habían dado ahí.

Sintió que algo estorbaba en su andar, bajo la mirada para ver la causa de su molestia, y una sensación de miedo invadió su cuerpo.

Abrió aquel sobre y extrajo de ahí una hoja, de un color perla muy hermoso con adornos en las orillas.

Lo que más temía se hizo realidad.

Aquello era la invitación a la boda del amor de su vida.

Pero el novio, no era el.

Arrugo la carta con ira, mientras varias lagrimas de tristeza y desesperación surcaban su rostro.

Aventó lejos el papel, ni siquiera se digno a mirar donde había caído.

Se fue al bar de la mansión y se sirvió una gran copa de whisky de fuego, mientras encendía un cigarrillo.

Odiaba fumar, hacia mucho tiempo que no lo hacia, aquella chica de ojos avellana había hecho que dejara aquel vicio, pero ahora, se entera que se va a casar con alguien que no es el.

-Fin del Flashback-

-¿Cual fue el error? -se preguntaba entre sollozos mientras apretaba con fuerza su copa de whisky.

Su relación con aquella chica había terminado hacia un año.

¿Por qué? Fácil, todo se había vuelto muy monótono, era lo mismo.

El se iba a atender las empresas de su familia mientras ella se quedaba en la casa donde vivían juntos, esa en la que el esta ahora, y por cariño, no quiso abandonar.

Tenían cinco años de novios, pero un día, las cosas comenzaron a salirse de control.

El llegaba muy tarde a casa y ella lo esperaba todas las noches despierta, aunque el le pedía que no lo hiciera.

Con el pasar de los días, los te amo se redujeron a uno de vez en cuando, mientras antes los te amo abundaban cada vez que se miraban.

Los besos se redujeron a uno cuando el se despedía en las mañanas de la chica. Mientras antes, tenían que hacer mucho acopio de fuerza de voluntad para separarse.

Los abrazos cada vez eran mas inexistentes. Casi nunca se abrazaban.

Las relaciones más íntimas, el siempre estaba ocupado o llegaba cansado de trabajar.

¿El amor se estaba acabando?

No.

El amor siempre estuvo ahí, siempre presente, los que no estaban presentes eran ellos. Quienes dejaron que el tiempo los separara cada vez mas.

¿El la amaba?

No.

La sigue amando aun. La ama con todas sus fuerzas y justamente ahora llora mientras da otro sorbo a su copa.

El error simplemente fue dejar que ella se fuera aquella mañana de primavera. El no se lo impidió, el pensaba que tarde o temprano volvería. Pero no lo hizo.

Dos meses después se entero de que ella había iniciado una relación con un chico de Slytherin. Un amigo suyo.

Aquello le dolió en el alma. Sintió odiar al moreno que decía ser su amigo por arrebatarle a la chica que el amaba, que el ama. Sintió odiarla a ella, pero no podía, simplemente no puedes odiar a alguien que amas.

Dejándote ir...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora