DANGEROUS. *𝐄𝐍 𝐄𝐃𝐈𝐂𝐈𝐎́𝐍*

CAPITULO 3.

Capitulo 3: "Sera divertido" (1/2)

  —Troy... —mordí mi labio inferior, el río. No era coquetería, no intentaba provocarlo, porque del uno al diez en una escala de lo sexy yo vendría siendo el menos cero. Incluso el maestro Gump de biología; un anciano canoso quien parece a punto de explotar por su enorme barriga de viejo embarazado, era más sexy que yo y eso ya era caer bastante bajo.

—Mia, estas...—se apartó un poco de mi repasándome lentamente con su atenta mirada —. Caliente. —completo, haciendo mi rostro arder.

—Tú también luces bien —sonríe, rodeando su cuello con ambos brazos. —, luces increíble. —Deje un beso casto sobre sus finos labios —Felicidades por otra victoria —murmuré y le sonreí sincera.

Él se relamió los labios antes de hablar —Puedes hacerlo mejor que eso —miro mis labios y luego de nuevo a mis ojos.

—¿De qué hablas? —fingí inocencia, ladeando un poco la cabeza mientras le miraba.

—Vamos, Mia. —hablo bajo, su voz sonaba más profunda y sentí su tacto caliente bajar hacia mi trasero haciendo que bajase la mirada con vergüenza.

—Bebé... —murmuré. Si bien había pensado que veníamos saliendo el tiempo suficiente, querer "seducirle" era difícil para mí por el simple hecho de que el sexo me aterraba por alguna razón que no lograba entender. No era tonta, sabía que en aquello de las relaciones él tenía mucha más experiencia que yo, y aunque intentase que aquello no me afectará realmente no podía ignorar el hecho de que se había acostado Dios sabe con cuantas chicas del instituto. Además, había un rumor que había estado taladrando mi cabeza que aunque me empeñará en ignorar no podía.

Su expresión se endureció —No esa estupidez de nuevo, Mia. —dijo con voz dura, haciendo que pasara saliva. —Estoy cansado de que actúes como una santurrona, me tiene harto. —se apartó y yo no pude hacer más que mirarle incrédula. ¿Así era como me veía? ¿Una santurrona? —Cuando dejes de actuar como una mocosa me avisas. —paso por mi lado y por acto reflejo tome su brazo, no queriendo que se fuera. Odiaba esas discusiones, aquellas donde él decía cosas hirientes y pasaba de mí, no podía evitar el pensar que cada vez luego de ello iba con Kim y pasaba la noche con ella, o en el peor de los casos, alguien más.

—Espera, yo... —no supe que decir y solo solté su brazo cuando nuestras miradas conectaron. Odiaba que me viese de esa forma, me sentía insignificante.

—¿Tú qué? —Insistió —¡Habla, mierda! —ordeno, subiendo la voz, logrando sobresaltarme. —tú nada, ¿sabes por qué? —se giró hacía mí, dando un paso más cerca el cual yo retrocedí —Eres una pequeña tonta, siempre con tu mierda de niña estúpida, ¿Quién carajo te dijo que eso era atractivo? —se burló con crueldad y yo me limite a bajar la cabeza con vergüenza. —Pues te tengo noticias, Mia. —sus dedos atraparon mi mentón haciendo presión hacia arriba obligando a que levantase la cabeza aun cuando yo no quería mirarle. Sostuve el aire en mis pulmones cuando sentí mis ojos cristalizarse. —Tú mierda no me la pone dura.

Le vi salir por la puerta en silencio, mi corazón dolió como la primera vez solo que peor. Parpadee repetidas veces cuando una amarga lagrima rodo por mi mejilla la cual limpie con enfado. Si, era una tonta, me sentía una total estúpida y sabía que él no había dicho eso porque sí, Troy tenía razón y aunque doliese debía aceptar que era un hecho.

Tarde me di cuenta de las lágrimas calientes que se deslizaban por mis mejillas, me pase los dedos en un intento de parar su camino y de alguna forma no arruinar mi maquillaje cuando escuche la voz de mi hermano llamar mi nombre —¡Un segundo! —respondí, tomando un par de respiraciones profundas gire sobre mi eje para verme al espejo, limpie los restos de humedad de mis mejillas e intente acoplar una sonrisa a mis labios pero vamos, lucía más falsas que las promesas de mi padre. Mi mirada viajo al pequeño marco de plata donde se podía apreciar una foto de Troy y yo un par de meses atrás cuando comenzábamos a salir.