Te extraño a cada instante mi amor. Me jode que estemos separados por más de seis horas. Quisiera cursar en la misma escuela y estar en el mismo salón que tú, no puedo dejar de pensar en ti mi azabache.
—Sasuke, te estoy hablando-habló dándole un codo en el brazo.
—¿Eh? Oh, ¿Qué habías dicho, Suigetsu?-despegó la mirada de su móvil para mirar el rostro de su compañero.
—Tks, ¿Podrías dejar de mandar mensajes cuando te estoy hablando? Te la pasas mirando solo tu celular, mierda. ¿De quién se trata para que me ignores de esa manera?
—Eso no te incumbe. ¿Me decías algo de Karin, verdad? Si la amas tanto ve y díselo de una vez por todas. Podrías perderla pronto.
—¡No es tan fácil! Yo... soy muy tímido con las mujeres. Si les hablo no podré evitar tartamudear, pensaran que soy estúpido.
—Entonces... busca un novio-susurró.
—¿Qué dijiste?-no alcanzó a escuchar.
—Olvídalo. La campana va a tocar, iré al aula.-todavía con el aparato en mano se alejó de su amigo por el pasillo.
—Solo le presta atención a esa estúpida pantalla, idiota-susurró con destino a la cafetería. Estaba sediento.
Yo también te extraño. Cuento los minutos para salir y estar contigo, te amo.
Mostrando una sonrisa media en sus labios presionó la tecla enviar y guardó su móvil en el bolsillo delantero para ingresar a su salón. ¿Cuánto tiempo llevaban juntos? Mmm... cinco maravillosos meses de noviazgo. Nadie sabía de su relación, y por ahora, era mejor aparentar que seguía soltero. Un galán como él flechado por un hombre, si que el mundo estaba loco. Él estaba loco de amor por ese muchacho rubio y ojos color cielo de la escuela vecina. Jamás imaginó en su corta vida de dieciséis años que caería en aquella cursilería como el resto de sus amigos. Tampoco pasó por su cabeza que estaría locamente enamorado por alguien de su mismo sexo, patético Uchiha Sasuke. Ninguna mujer pudo hacerle sentir tantas sensaciones como ese hombre de carácter completamente opuesto a él. Hiperactivo, sonreía por tantas estupideces y era muy... muy cariñoso. Rayando en lo obsesivo. Siendo él su primer pareja, era comprensible, estaba nervioso y buscaba complacerlo de la mejor manera posible. A cada momento. Y el azabache estaba satisfecho.
Feliz que todos los días le enviara un mensaje de buenos días y a mitad de clase le dijera tantas palabras dulces, que aunque eran demasiadas vergonzosas para él, y hacia que sus mejillas se sonrojaran, lo amaba. Amaba cada cosa de Naruto Namikaze, nunca soñó estar con un hombre de por vida, pero si era él, si era su rubio. No tenía objeciones. Su corazón ya le pertenecía desde el día en que sus miradas se cruzaron en el centro. Desde el día en que chocaron y sus libros salieron disparados a un costado de la calle. Y a pesar de haber insultos de por medio, algún que otro golpecito en el cuerpo ajeno y esos incontrolables celos que ambos experimentaban cuando las chicas los rodeaban, él sabía que Naruto sería siempre de él. Ese chico le pertenecía y aunque su familia desconocía su relación con el blondo, no le interesaba por ahora. Pero llegado el momento, no importaba si su familia no le aceptaba. Tenía planeada su vida en el futuro y Naruto también opinaba igual, se irían a vivir juntos a un departamento tras encontrar algún trabajo de medio tiempo. Solo con ello era más que suficiente.
La clase de matemática estaba dando inicio. El profesor explicaba los ejercicios. Le parecía tan aburrido prestarles atención, eso era demasiado fácil. Miró el reloj colgado en la pared arriba del pizarrón, esperando ansioso el término de la hora. Salir a fuera y caminar detrás de la escuela donde su sexy rubio en motocicleta le esperaría con una hermosa sonrisa y los brazos abiertos para abrazarle y darle el beso que tanto deseaban sus labios desde su ingreso. Repentinamente escuchó el vibrador en su bolsillo, fijó que su vista al profesor. Perfecto, escribía de espalda a ellos. Sacó su móvil discretamente por debajo de la mesa y abrió el mensaje de texto.
Salimos antes. Uno de los profes tiene carpeta médica. Te esperare detrás del instituto. Voy ahora mismo para haya. Te amo, mi amor.
Era muy bochornoso, lindo pero bochornoso. Sus mejillas estaban teñidas de carmín, muy leve. Pero no pasaba desapercibido los descontrolables latidos en su pecho. Todavía se preguntaba cómo pudo enamorarse de ese chico tan... tan dobe. "El amor te hace idiota" no hay duda de ello. Y él no era la excepción, era igual o más cursi que él en cuanto a mensajes.
Estúpido dobe.
Una sonrisa se escapa de sus labios inevitablemente. La hora ha terminado. Despidiéndose de Suigetsu al estilo velocidad de la luz, sale corriendo e ignorando a su grupo acosador que le pide insistentemente su número telefónico y citas. Una vez fuera esquiva al resto de estudiantes y rodea el lugar a paso normal, estaba ansioso, pero por su condenado orgullo no le haría ver al rubio su desesperación por verlo una vez más. Tratando de no sentirse agitado en cuanto su respiración, se detiene abruptamente sobre el césped y ve en el borde la motocicleta roja estacionada y el casco colgado en una manija. Y frente a él, su novio.
—Te extrañé, Sasuke-se acercó quedando a corta distancia-Mucho-sonrió.
—Yo a ti-susurró con una media sonrisa-¿A dónde iremos esta vez?
—A mi casa. Mis padres no están y es una oportunidad perfecta para hacerlo-dijo de manera sensual.
—Idiota...-desvía la mirada a otra dirección.
El blondo observa su alrededor, nadie está mirando. Sonríe y abraza a su novio para luego plantar en él su boca con ganas de llegar pronto a su hogar y hacerle el amor desenfrenadamente. Como era de esperar, el moreno no se niega ante tan deliciosa acción, meten sus lenguas y el beso se vuelve más fogoso, más húmedo. No quiere apartarse, pero debe para evitar problemas con el resto.
—Llevo dos semanas sin tenerte en mi cama-jadeó en su oreja, le mordió repentinamente causando un gemido en Sasuke.
—Vamos. Yo también... necesito de ti.
Ambos se quedan mirándose mutuamente con cariño. La mano del oji-azul acaricia la mejilla ajena.
—Que nuestro amor, dure para siempre, Sasuke. Es lo único que quiero.
—Tonto-sonríe-No pienso abandonarte nunca. No importa cuántas dificultades tenga que pasar, lucharé por estar contigo. Nadie puede eliminar el amor que te tengo.
—Sasuke...-le mira emocionado-Oh, apurémonos-le pasa un casco-Quiero llegar a casa pronto.
Tan solo ríe. Así es él. Naruto es un hombre. Su hombre. Y no le importa nada más, los momentos maravillosos que pase con él a partir de ahora nadie podrá arrebatárselos. Ni si quiera sus padres. Será difícil teniendo en cuenta a la sociedad, pero seguirá luchando por permanecer a su lado.
—Naruto.
—¿Sí?
—Te amo.
—Yo también te amo.
Y la moto inició su recorrido a su nidito de amor.
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RomanceQué bello es estar enamorado, ¿Verdad, Sasuke? One-Shot Naruto x Sasuke