۝ 𝐁𝐄𝐋𝐈𝐄𝐕𝐄𝐑 ヾ ¹۝ [𝐍𝐍𝐓 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧]

¿Amor falso?

Ella miró como Elizabeth salió corriendo de las garras de Meliodas. Iba a detenerla, pero bueno era la hora del té.

Estaba fuera bebiendo tranquilamente de su taza mientras disfrutaba de la luna.

Sus ojos carmesí observaron cuidadosamente las luces que provenían desde Lyoness. Así que supo que el poder que percibió antes no era una alucinación.

Ludociel.

Sonrió divertida mientras bajaba la taza. Tendría tanta diversión en estos días con los tres arcángeles de regreso.

Si se enfrentaba a ellos, podría disfrutar su estancia en el mundo.

—Aquí estás, Reiko— su voz invadió sus oídos.

Su apariencia cambio. Tenía unas vestimentas similares a cuando solía convivir con Rei en el castillo.

—Donde estaría si no, Meliodas— responde con frialdad—. ¿Que se te ofrece?

Sin esperarlo, el poder de Meliodas impacto contra ella. Ella no se sorprendió.

Al contrario de Estarossa y Zeldris, ella no parecía inmutarse. Se levantó como si nada para acercarse a el con rapidez. Poso ambas manos en su mejilla.

Sonrió dulcemente. Meliodas parecía sorprendido. La cortina se movió por el viento que causó su movimiento.

—Rei... Yo

—Silencio— ordena apretando su cuello con sus manos—. ¿Creiste que había vuelto a caer a tus brazos solo por qué eres el mismo que hace 3,000 años?

—¿A... q-quien... obedeces?

Ella suelta una risita. Alejandose de el.

Meliodas la detiene nuevamente atrapando su muñeca. Jalo su brazo para atraparla entre sus brazos. La guío para pegarla a la pared.

—¿Que pretendes?

—Yo pregunté primero— respondió el rubio mirando mal la azabache.

—Yo respondo ante el rey demonio— se acercó a el con brusquedad.

—Yo seré el próximo rey demonio, me debes lealtad a mi— acercó sus la labios a Rei.

Ella lo empuja. Ese acercamiento se sentía tan falso. Reiko ya no sentía nada por el más que desdén.

—Yo no te debo lealtad, se la debo a tu padre— se teletransporta lejos de el—. Y a Zeldris. No vengas a exigirme algo que perdiste hace mucho.

—Reiko...— su voz, era dura. Estaba molesto por su rechazo.

—Seamos sinceros, Meliodas, no me amas y tal vez no me amabas antes... solo era un premio— sentenció cruzándose de brazos—. Y yo dejé de amarte, tuve tres mil años en el purgatorio para arrepentirme de hacerlo...