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Desde ese día me había comenzado a acercar a TaeHyung, debo admitir que ganarme su confianza no fue nada fácil y mucho menos de un día para otro, sin embargo luego de un mes, podría decir que era su único y "mejor amigo." Me di cuenta que el chico era más patético de lo que aparentaba. De lo único que habíamos estado hablando era de sus libros, los cuales no entendía nada, sin embargo ese era mi papel, mantener toda una  farsa con Kim TaeHyung, pero no podía quejarme, por ahora lo bueno que había sacado con todo esto, fue que había subido todas mis notas y todo gracias a él, no debía preocuparme por ninguno de mis trabajos, todo y cada uno de ellos los hacía TaeHyung.

Otra cosa que me había dado cuenta de TaeHyung, era que el chico era bastante callado, muy poco hablaba, por más que me esforzaba para sacarle conversación, sus palabras siempre eran contadas, sólo decía lo justo y necesario, nada más.

"No me mires hyung." Otra cosa en la que habíamos avanzado era en su tartamudeo, al principio me sentía frustrado por  descifrar correctamente sus palabras, pero ya era otro caso, ahora podíamos "hablar" sin tener que estarle adivinando.

"¿Por qué no? ¿Te pongo nervioso?." Me senté más cerca de donde estaba y acerqué considerablemente mi rostro al suyo. Mi sonrisa fue incapaz de no brotar al verlo bajar la mirada, tan obvio.

"Me gustas, es por eso que no puedo dejar te apreciarte, eres tan hermoso." Mi mano acarició tiernamente su mejilla de arriba a abajo y en un acto que me sorprendió tanto a mi como a él, mis labios ahora remplazaban mis dedos, y me fue inevitable no lamer lentamente, tan suave, no pensé que su piel estuviera tan bien cuidada.

"No mientas con eso hyung." Sus manos estaban apretadas en fuertes puños, y una lágrima salió disparada de su ojo izquierdo. "Yo no le gusto a nadie, así que no me mienta, por favor."

Y de un momento a otro su cuerpo se movió bruscamente soltandose de mi débil agarre en un intento por detenerlo, se había ido.

Hace un mes atrás, estaba dispuesto a jugar con él, pero mi mente fue quien terminó jugando conmigo, no me entendía, ¿gustarme? No, ¿cariño? Tampoco, ¿amor? Mucho menos, en realidad no lo sabía, no sabía exactamente que era lo que me inundaba cuando estaba a su lado, lo único que podía asegurar era que sentimientos muy confusos y a montones llenaban mi cabeza, provocando que no pensará y mucho menos analizará.

Como si mi cuerpo fuera jalado por alguna fuerza de atracción que lideraba ese chico nerd, salí tras él. Una vez más traté de convencerme que todo lo que estaba haciendo era por la apuesta, yo le decía que me gustaba sólo con una intención, ilusionarlo y luego romperlo.

Mi corazón se oprimió en un dolor latente ¿qué era eso? ¿por qué TaeHyung me hacía sentir débil e inseguro con mis planes? Ya era tarde para sentir culpa, muy tarde para detener lo que sea que haya empezado.

Ahí estaba él, en un rincón del salón en donde le hablé por primera vez, pero a diferencia de la vez pasada no estaba sucumbido en sus libros, ahora estaba llorando a mares y pidiendo a gritos por ser consolado, ¿por mí? Podría yo curarlo, siendo que yo  soy el causante de su dolor. ¿Era eso acaso posible?.

Y como si mi mente dictará la parte coherente, mi corazón solo era mandado por un sentimiento aun desconocido por mí, el corazón siempre gana la batalla.

"Shhh" susurre a su altura, tratando de acallarlo con suaves caricias en sus hembras castañas, "no llores por favor Tae, lo siento ¿vale?, ya no llores más."

Su nariz comenzó a sorber y sus manos a limpiar el residuo de lágrimas en sus mejillas, me miró con esos ojitos tan inocente, que por una vez me hizo preguntar si lo que estaba haciendo estaba bien, TaeHyung me había hecho preguntar, realmente quien era yo.

Callaito //Vope\\ TSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora