Parte Única

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[*] CONTENIDO +18 ENTRE PERSONAS MAYORES DE EDAD.

Mitsuri Kanroji, a pesar de ser la hija de uno de los magnates más poderosos del país, no le importaba ayudar a sus empleados con las tareas domésticas cuando tenía tiempo. Fue por eso que ganarse la amabilidad y amor de todos no fue complicado. La dulzura de Mitsuri, unidas a otras características positivas la hicieron ver como un ángel.

–¡Buenos días, señorita Kanroji!  - Los saludos cordiales por parte de los sirvientes no se hicieron esperar tan pronto Mitsuri aparece al principio del pasillo con una bonita sonrisa adornando su rostro. Todos admirando la belleza singular de la chica de cabellos rosas mientras camina. -

–¡Buenos días a todos!

Todos la querían por su amabilidad y dulzura. Por ser la chica inocente y buena que parecía ser, pero... ¿Era todo así?

Mitsuri se detiene frente a la puerta de su cuarto. Estaba sola, su cuarto quedaba algo lejos de donde los sirvientes trabajaban. Fue así, que su sonrisa intacta se curva un poco y unas gotas de sudor desciende de su frente.

Entrar y cerrar la puerta de la habitación fue algo que rompió la tensión de Mitsuri de forma inimaginable.

–Ahh...

Así que, sin esperar más, se tumbo en la cama y levantó su larga falda para mostrar la desnudez de su intimidad mojada. Sin ninguna vergüenza metió sus dedos en su v*gina, quitándose un v*brador activo.

La joven chilló de placer. Hacía mucho que se había corrido, pero como había dejado el control del v*brador en su cuarto, estuvo durante todo el horario de la Universidad con el v*brador encendido dentro de ella hasta que no pudo correrse más.

Mitsuri se miró al espejo que se encontraba frente de ella. Su cabello siempre arreglado y su apariencia pulcra se había esfumado... Lo que más le avergonzaba admitir es que esa era la verdadera naturaleza que ella poseía.

Una pervertida que no le importaba dónde estuviera... Siempre necesitaba sentir placer de cualquier forma. Todos los días sin excepción, antes de salir a la calle, se colocaba un v*brador o unas b*las ch*nas. Casi nunca llevaba ropa interior y amaba sentir como la ropa rozaba todo sus partes sensibles.

Una naturaleza que a Mitsuri le avergonzaba y que luchaba cada día por ocultar al mundo.

***

–Bien, este es el lugar donde vas a trabajar. - El señor Kanroji dice con una voz entusiasta señalando con ambas manos el gran jardín de la casa Kanroji. - Podrás utilizar tu mascarilla, nadie te dirá nada, Obanai-San. Cualquier cosa que necesites puedes comunicárselo a mi hija, Mitsuri, ella te ayudará.

–Gracias Kanroji- san...

–¡Papi!

La voz del hombre más bajito fue tapada por una voz chillona a sus espaldas. Era Mitsuri, quien venía corriendo hacía ellos.

Obanai sintió un calor en su pecho al verla. Era una joven hermosa.

–¡Mitsuri cariño! ¡Ven aquí! - El hombre sonrió con dulzura al ver a su hija y tan pronto la tuvo cerca tomo su mano y le dió un ligero beso. - Él es Iguro Obanai, será nuestro nuevo jardinero.

Mitsuri lo mira curiosa. Ambas miradas se cruzan al mismo tiempo y algo invisible choca contra ellos, introduciéndolos en una burbuja inexplicable.

Una corriente de placer rodea a la chica. Era un hombre más bajito que ella, eso era cierto, pero podía notar sus brazos bien formados debajo de sus ropas. Mitsuri se sonrojó imaginando a ese hombre agarrándola de las n*lgas y manoseado sus muslos.

Señorita Kanroji [Mitsuri/Obanai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora