Teddy Lupin. [Harco/Drarry]

Capítulo Único.

Regalo por el cumpleaños de Harry Potter. Espero les guste.

Capítulo Único: Teddy Lupin.

Remus siempre había dicho que Teddy tenía una mente muy hiperactiva, que cualquier idea que se le pasara por la cabeza, hacia hasta lo imposible por seguirla. Harry sabía que era cierto que su ahijado siempre seguiría sus propias creencias, más no esperaba que tan lejos llegarían aquellas, hasta el día de hoy.

- ¿Qué quieres que haga... Qué?

Teddy rodó los ojos al ver que su padrino no entendía la idea. Luna a su lado, sonrió divertida. Ron en su rostro tenía un gesto de horror total. Ginny, detrás de su taza, reía bajito. Los gemelos le habían hecho bulla. Hermione lo veía con curiosidad pero con una sonrisa en su rostro. Arthur, Molly, Remus y Sirius reían a carcajada limpia.

- Creo que te escuché mal, Teddy. ¿Puedes repetirlo, por favor?

- Que salgas con el hijo de mía tía Narcissa, padrino. Eso quiero que hagas. ¿Se puede, padrino?

- Harry... - Sirius llamó su la atención de su ahijado que tenía la boca abierta de la impresión. - Eres como James, ¿te había dicho? No comprendes bien las ideas a la primera. - Sonrió al recordar a su viejo amigo, después siguió hablando, sin borrar la sonrisa de su rostro, al igual que su esposo al oírlo: - Creo que Teddy tiene razón, cachorro.

- ¡Verdad que si papá!

El pequeño metamorfomago cambió su rostro de frustración a una enorme sonrisa en su rostro, Remus le acarició su cabello azul eléctrico.

- ¡Es una locura, Sirius!

- Eso dijiste cuando te dije que Remus y yo conseguimos la manera de tener un bebé. - Hablo Sirius haciéndole soltar un gemido lleno de frustración a su ahijado. - También cuando te dije que te declararás ser abiertamente bisexual, frente a todos, que no te importara el que dirán.

- O cuando Ginny te dejó para que fueras feliz. - Siguió Remus a su esposo. - También cuando te dijimos que era mejor meterte como Inefable que como auror.

- ¡No puedo hacer eso! Él es... Él, digo, ustedes saben.

Todos arquearon una ceja al intentar comprender que decía. Andromeda llegó a la habitación junto a su hija, Tonks, que había sido quien les había prestado su vientre hace siete años atrás para que Sirius y Remus tuvieran un bebé, una descendencia al ver que ambos se amaban con locura y forjaría más su matrimonio, eso tan solo un año después de que la guerra hubiera terminado.

- Vaya Harry, tienes una cara que es digna de una fotografía. Este pequeño te dijo la idea que le pasó por su mente.

- Sí, pero...

- No es tan malo, son amigos, ¿no?.

Harry se quedó callado, sirvieron la cena y de ahí se mantuvieron entretenidos hasta la hora de irse cada uno a su casa.

°°°

Llegó a su oficina aún repasando la conversación con su ahijado hace unas cuantas horas atrás, se sobo las sienes de su cabeza para sacar aquella locura que su ahijado había pensado. Tomó varios informes para desviar su atención, cosa que funcionó.