¿Y QUE SOMOS?

¿Que tal?

Él le preguntó dónde quedaban y ella le pidió que se acercara a su pueblo ya que ella no conduce, se siente. Él aceptó se inmediato y así quedaron, la recogió en su coche y ella lo guió hasta un bar para tomar unas cervezas mientras hablaban, ya sabéis, con unas cervezas se va la vergüenza, pero cuidado que no se os vaya demasiado o al día siguiente no podréis ni miraros en el espejo.

Los dos se saludaron cordialmente y muy nerviosos se sentaron en la mesa, ella tenía sentimientos encontrados por que el chico le gustaba aún que había algo que no le acababa de convencer, así ya se, eran sus dientes de caballo.

Estaban hablando de todo un poco fingiendo no sentir vergüenza y la cosa fluía, era un poco raro pero no estaba mal. Ella se levantó de la mesa y tímidamente le dijo ahora vuelvo, voy al servicio, el asintió con la cabeza y le lanzó una sonrisa tímida.

Entró al servicio pero no por necesidad, se puso a hablar con su hermana sobre el chico y bueno ya sabéis si tenéis la suerte de tener hermanos y os lleváis bien, debéis saber que no hay nada como los consejos de tales.

Antes de salir de nuevo a la terraza aprovechó para pagar la cuenta, no le gusta que la inviten, al principio claro, no, enserio, su ex siempre le echaba todo en cara y ella no quiere pasar otra vez por lo mismo, ella pide si puede pagarlo si no, no. Prefiere invitar a que la inviten, chica generosa.

Se acabaron la cerveza, el cigarro y era hora de despedirse, él la cogió de la mano y acto seguido la agarró con fuerza de la cintura, impulsando su cuerpo sobre él, después la besó, con mucha pasión, claro, después de tanto mensajito ya tendría ganas.

Cada uno se fue para su casa y se dieron las buenas noches por WhatsApp, él le dijo que le había encantado y quería verla al día siguiente, así que volvieron a quedar, pero esta vez un plan algo más incómodo, vamos que si ella lo llega a saber ni aparece, pobrecita.