Único

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-Los flashback serán necesarios, así que se van a distinguir por esta letra cursiva :') -

-Los flashback serán necesarios, así que se van a distinguir por esta letra cursiva :') -

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El día tan esperado al fin había llegado, por fin la tan deseada boda se llevaría a cabo y él no podía sonreír más a causa de la felicidad que le producía ver a su mejor amigo allí, vestido con un elegante traje negro, resaltando aún más lo porcelana de su piel y lo oscuro de sus cabellos. Porque si, había que ser ciego para no notar que el negro realmente favorecía al bello Merlín, y Arturo no era ningún ciego, además era realmente difícil no deslumbrarse con el brillo inmenso de sus ojos color azul océano o la hermosa sonrisa tonta que mostraba cada vez que la hora se aproximaba.

Por otro lado estaba el, Arturo Pendragon, mejor amigo del joven Merlín al cual conocía desde que ambos eran unos simples niños de primaria, sin ninguna otra preocupación que lograr jugar por horas enteras sin que sus madres lo regañaron en el proceso. Pero los años habían pasado y con ello solo aumentaban las preocupaciones y angustias, porque mientras el pelinegro sonreía feliz por su boda, añorando poder mostrar ante el mundo que él también había logrado conseguir el amor de una maravillosa persona que lograba sacar lo mejor de sí, Arturo debía fingir entereza, debía evitar demostrar cuanto le dolía toda esa situación, porque en algún momento del camino el termino enamorándose de su mejor amigo y eso estaba matándolo. Porque el solo fue, es y será siempre eso, su amigo, nada más que eso, por lo que solo le quedaba sonreír mientras lo veía caminar al encuentro de su persona destinada... aunque por dentro solo deseaba llorar y alejarse lo más rápido posible de allí.

Cuando la ceremonia llegó a su fin, luego de que el pacto fuera sellado con un beso que demostraba el amor que se tenían ambos jóvenes chicos, Arturo decidió salir a tomar un poco de aire fresco, odiaba sentirse agobiado, triste e incluso insignificante llegando a los extremos de odiar no ser Morgana Pendragon,su hermana.
Sin embargo no podía odiar a la joven de bonita sonrisa por ser la dueña del cariño y las atenciones de su amigo. Después de todo, ni su Merlín, ni su hermana mayor tenían la culpa de que sus sentimientos no fueran correspondidos.

Llevaba allí afuera al menos unos minutos, sintiendo el viento frió chocar con su rostro haciendo que su cuerpo temblara levemente al sentir lo fresco que estaba allí afuera por lo que sonrió y cerró los ojos por un momento para perderse en sus pensamientos, ¿cuando había comenzado a sentir todas esas cosas por su amigo?
Aún podía recordarlo claramente, como si no hubieran pasado ya tantos años y siguiera siendo aquel joven de 15.

-☁

Para ese día estaba pronosticado una fuerte tormenta, pero como el rubio siempre había sido un despistado, había olvidado que su hermana había tomado su paraguas por lo que no tenia mas opciones que esperar a que la lluvia se detuviera. Arturo en verdad odiaba los días de tormenta, y más cuando estaba solo.
Ese día Merlín no había ido a clases debido a que tenía un torneo de fútbol, con el equipo de la escuela. Por lo que allí estaba, parado a las afueras de su colegio, solo y temblando ante cada nuevo relámpago, podría haberse marchado corriendo pero sería inútil debido a la distancia que había entre su casa y la escuela, y empapado no hubiera podido tomar el colectivo aunque lo deseara, por lo que suspiro resignado una vez más.

Mejor Amigo -Merthur-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora