❝ 𝐂omo el destino de mi estrella guardiana me lo impuso, jamás dejaré de estar a tu lado, aún cuando mi vida esté en peligro, aún cuando tú te opongas ❠
❨人形❩ ⸻ Él falló en su promesa de protegerla, y fue testigo de cómo la mujer que más amaba caía...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
꒱❛ CAPÍTULO FINAL ꒱❞.°୭̥
︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶
Qué impredecible resultaba ser el destino impuesto por las estrellas, cuyos lazos fueron entretejidos desde el inicio de la era humana y hasta el fin de la misma, y el cual no importaba qué tan lejos quisieras escapar, tu final estaba ya predicho y así sería cumplido. Esa era la maldición impuesta en aquellos que decidían luchar en uno de los bandos que ahora se enfrentaban en una guerra sangrienta, y estaban obligados a dar todo de sí para que el deseo de aquél a quien rendían tributo fuera real.
La salvación o la perdición de la humanidad, ellos estaban dando todo de sí para ver cuál sería el resultado final.
Los Saints habían perdido a la persona que los guiaría en el transcurso de la guerra, pero no todo estaba perdido. Una luz de esperanza los cubrió al ser conocedores de que tu sacrificio consiguió causar una herida mortal en el Dios del Inframundo, y ellos estaban dispuestos a darlo todo para terminar con aquello que no pudiste concluir.
El campo de batalla se trasladó hacia el lugar sobre el cual reinaba Hades, el mismo Inframundo, aquel sitio donde iban a parar a ser juzgados aquellos que no habían llevado una vida digna impuesta por los dioses y condenados eternamente a sufrir la furia de los mismos. Habían caído ya incontables Specters, pero ¿a costa de qué? Del sacrificio de muchos Saints, del rango más elevado hasta el menor y, por sobretodo, a su misma diosa.
Pero no había tiempo para lamentarse. Todos intentaban obtener una poca de aquella perseverancia que tenía el Saint de Pegasus, el cual no importaba el golpe que recibiera, se levantaría con más fuerza dispuesto a atravesar esa brecha de esperanza que a su amada le costó la vida abrir.
Ahora, él había sido acompañado por sus amigos más cercanos al telón final, el sitio más recóndito del Inframundo del cual sus camaradas estaban peleando por permitirle el paso a los llevadores de esperanza para el mundo.
Seiya se adentra hacia aquella gran construcción, tan imponente y tenebrosa como aquél que se encontraba allí. Las heridas de su cansado cuerpo no estaban del todo sanadas, y de vez en cuando la visión comenzaba a borronear, amenazando con caer al suelo, pero su fuerza de espíritu fue tal que detalles como aquellos no serían suficientes para frenar su misión de la cual había entregado alma y vida por conseguir. Miró brevemente hacía atrás, sus amigos estaban luchando por retener a los Kyotō del Inframundo, cuyos poderes sobrepasan la imaginación. Negó para sí mismo, mirar hacia atrás no debía de estarle permitido ahora que el enemigo final estaba frente suyo.
—Pegasus —la voz de Hades retumbó, y su sola presencia sobresaltó al guerrero valiente que se hallaba frente suyo. El dios se levantó de su trono, poniendo su serena y a la vez intensa mirada en el hombre que había hecho milagros para llegar hasta allí—. Así que después de todo has venido.
