🥀Lovefool }INTENABO||TeenAU] (cancelada)

X

Pov Segismundo.

Cuando el chico juntó nuestros cigarros noté mi cara calentarse.
Temblaba asustado, la vergüenza se apoderó de mí. Pero al notar su mano en mi mejilla logré calmarme.

"¿Me estaba volviendo adicto? ¿A caso es el cigarro?"

Estábamos tan concentrados en nuestros movimientos, que no oímos la alarma de incendios.

—¡¿Qué hacéis en el baño de chicas?! ¡Corred, a la fila!—Exclamó la profesora, pero su furia llegó cuando nos vio con dos cigarros.—Se vienen conmigo.—

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Pov Jack.

"Maldita sea"

Los minutos pasaban lentamente, así como la tinta sobre la hoja de mi cuaderno. Y es que no me podía concentrar ni para tomar apuntes...

Johnny solo trataba de llamar la atención del rubito, pero la nenaza estaba tan concentrado en los cuentitos del profesor, que ni cuenta se daba.

Sus ojos azules miraban curiosos los gestos del torrente, brillando cada vez que estos se detenían en un suspense.
Sus labios se separaban levemente, soltando un suspiro de sorpresa cuando Torrente hablaba sobre ciertos mitos de la época.
Sus manos acariciaban la madera de la mesa, para luego arañar esta; entusiasmado por las guerras que relataba.
Sus piernas estaban inquietas, nerviosas, esperando que las historias del apodado "gordinflón" no acabase nunca.

Y el idiota de Johnny solo estropeaba aquella escena con sus berridos de perrita desesperada por atención.

Y cuando estuve a punto de quejarme, una alarma inundó molestamente mis oídos...

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Pov Víktor.

Y era la hora del recreo, todos estaban más calmados y yo había acabado los papeleos absurdos que me mandaban como delegado.

Fui directo al patio, para así buscar a mis amigos, pero en ello me encuentro con el pelirrojo de pelo largo en los pasillos.

—¿Se perdió de nuevo?—Pregunté con una sonrisa simpática.

Horacio respondió con una mueca de pánico, parecía avergonzado. Seguro es tímido.

—No se preocupe, yo lo acompaño al recreo.—Posé con confianza mi mano sobre su espalda, en eso me di cuenta lo bajito que era; o... lo alto que era yo.

—¿Cómo está resultando su estancia en el instituto, Horacio?—Pregunté dudoso, pues este se veía un tanto inseguro.

—Bien, todo bien...—Contestó frágilmente. Sabía que mentía.

Pero está bien, supongo que no le contaría eso a cualquiera.

—Me alegro, porque la gente de aquí... es muy capulla.—Afirmé mirando al frente. Sentí su mirada al fin chocar con mi rostro.

La última vez que lo acompañé se pasó así todo el camino, parece un chico curioso.

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Pov Segismundo.

La profesora nos había pillado, y nos habíamos ganado una buena, habíamos asustado a tooodo el instituto.

"¡Premio!"

Y para premio... unas tres horas de castigo. Y aquí estábamos, en la aula de los malotes... junto a un invitado especial.

—¡Gustabo! ¿Qué te cuentas, amigo?—Abracé al chico de cabellos dorados, el cual se encontraba en uno de los asientos.

—¡Sienta tu culito, nena! Aquí no estamos para chácharas...—Dijo el llamado "Súper", que no dejó contestar a mi compañero.

Hice caso de sus palabras y me senté en una mesa de atrás, al lado del chico de la coleta.

—¡Muy bien hecho, muñecas!—Nos miró al morenito y a mí.—¡Os felicito! Habéis terrumpido al cuenta cuentos en su clímax.—Dijo para desviar la mirada al de orbes azules.—¿No es así, Gustabín?—

—Escúcheme, yo no sé que—Fue callado por Jack.

—No no no...— Posó el dedo pulgar sobre los labios del contrario, quien apagó su mirada y calló.— Ahora me toca hablar a mí, muñeca.—Se incorporó para lanzarnos una mirada seria.— Ustedes dos. Poseéis cigarros en un puñetero instituto, primer incumplimiento de normas; habéis entrado entrado al baño de chicas, segunda norma rota; osáis fumar en el centro, tercer incumplimiento. Y para colmo, la alarma de incendios casi mata de un infarto a los alumnos y profesores.—Aclaró molesto.—Supongo que no tenéis nada que objetar...—Negamos de inmediato.

Gustabo se giró sorprendido para romper en carcajadas en nuestra cara; mas al notar la mirada del trajeado, tapó su boca con su camiseta, callando como pudo las risas.

—Y tú, Gustabín...—Apoyó sus manos sobre la mesa del nombrado.— Al parecer, el niño bonito le levantó la voz a un compañero. ¿Qué eres el malote de la clase?—Acerca su rostro al de Gustabo, a lo que esté contestó alzando la cabeza y levantado una ceja.— ¿O te va más ser el graciosillo...?—Susurró burlón.

Gustabo parecía enfadado, pero su rostro era vacío. Agarró la cobarta del súper y tiró de esta, pegando sus narices.—Ese cabronazo, se merecía más que unas palabritas.—Conway se mantenía callado, pero se le notaba un tanto nervioso en sus gestos.

—Ya, dejen de jotear.—Dijo el chico de mi lado con un papel enrollado en su boca. Lo que nos hizo brincar a todos.

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Too much jotería.

Me gusta mucho leer sus comentarios, espero poder ver más de ellos👉👈
¿Qué opinan de la historia?♥