El niño sufre

12 3 0
                                    

Mario no quiere ir al colegio

Mario es un niño de unos 10 años, divertido y responsable al que le gusta pasar lo más desapercibido posible dentro del colegio y entre sus amigos.

En la mayor parte de lo que hace lo consigue, pero no en las notas de su curso, ya que salvo en un par de materias, son las mejores de toda su clase. Y eso en quinto de primaria, llama bastante la atención.

Hasta aquí parece todo normal, tiene sus amigos con los que divertirse y en el colegio todo sigue como siempre. Aunque últimamente Mario no es tan abierto como siempre, algo ha cambiado en su forma de ser y nadie sabe cuál es la razón de ese repentino cambio.

Sus padres lo achacan al uso del móvil que hace poco le han regalado por su cumpleaños, que pronto se le pasará y volverá a ser el de siempre en cuanto pase la novedad.  Pero, con el paso de los días ven que están equivocados. Si que ha dejado de usar el móvil, de hecho no quiere ni ver los mensajes que desde los grupos de su curso le envían.  Aun así, los padres de Mario, comienzan a preocuparse y a poner mucha más atención al comportamiento de su hijo.

Por su parte, Mario esta cada vez más apagado, ya no es el niño activo que era meses antes y hasta empieza a perder el interés por ir al colegio, cuando antes le encantaba ir. Tampoco quiere ir a sus extraescolares en las que tantos amigos había hecho el pasado curso.

Poco tiene que ver con el niño alegre que era antes y, por más que le preguntan sus padres y familiares que es lo que le ocurre, siempre les contesta con la misma palabra. NADA.

Hartos de recibir siempre la misma contestación, le piden ayuda a uno de sus amigos íntimos, al que Mario le suele contar todo. Mientras Mario y su tito, como le suele llamar se van a merendar, los padres le revisan los mensajes que ha recibido y que, supuestamente no ha visto su hijo.

Insultos, menosprecios e intenciones de hacer el vacio a Mario es lo que se encuentran entre los mensajes de los que decían ser sus amigos. Asombrados, los padres de Mario no entienden nada, desde el colegio no les han llamado la atención en ningún momento en los años que lleva en él.

Jamás le han visto meterse en ninguna pelea y, por su carácter, cada vez que ha visto que podría surgir algún malentendido o discusión se ha distanciado y marchado a otro sitio para no verse involucrado.

Por eso mismo no entienden el ensañamiento que muestran hacia el pequeño, desde el mismo día en que recibió su ansiado regalo que, en esos instantes, ellos ven como una maldición.

Ambos buscan en internet como se puede frenar este comportamiento hacia su hijo y, por primera vez  en sus vidas, ven como algo llamado “Bullying” les ha tocado de cerca. Ellos que creían que era cosa de películas, que jamás podrían ser los niños tan crueles como para hacer algo así con sus mismos compañeros.

Tal y como les aconsejan en las páginas en las que han visitado, y con lo que el tito de su hijo les ha contado sobre el trato que le dan dentro el colegio, hablan con el centro para darle una solución, pero se encuentran con que ellos lo ven como algo normal, algo de chiquillos que no pasará de ahí.

Los padres de Mario insisten en que su hijo ha cambiado su forma de ser, que ya no es el niño alegre de antes y que no entienden porque sus mismos compañeros de clase, sobre todo unos cuantos a los que él consideraba sus amigos, se meten tanto con el niño.

Los maestros les dicen que es algo normal, que destaca por las notas que obtiene y que no ven el trabajo que va detrás, que tienen celos del pequeño porque es un ejemplo a seguir. Algo que, con la edad  que tienen, solo provoca envidias y no admiración.

A pesar de la explicación, que los padres no ven como justificación para lo que les está ocurriendo, les prometen que tomarán medidas para que no vuelva a ocurrir, aunque todavía no saben cuáles.

Por la parte que les corresponde, los padres de Mario, por su cuenta, deciden hablar con los padres de los niños que, a través de los mensajes del móvil, más se ensañan con su hijo y consiguen que varios de ellos se arrepientan del trato que le han dado a su amigo y prometen que no volverá a pasar.

Mario, al ver la sinceridad que muestran con sus disculpas, poco a poco vuelve a ser como antes, aunque con otros sabe que solo la distancia y el paso del tiempo, se acabará arreglando el problema.

Lo que sí que tanto unos como otros han aprendido es que, nunca deben aguantar que nadie les insulte, menosprecien ni nada parecido, ni mucho menos  que sean ellos quienes lo hagan.

Att;la poeta

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 29, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El niño sufriendo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora