Cena romántica

Era un restorán muy fino,  las mesas redondas con velas aromáticas le daban un toque bastante elegante. Era la primera vez de que un hombre invitaba a Rosa a un lugar así, tenía miedo de no vestir adecuadamente, tanto así que el día anterior se compró un vestido largo rojo, le hacía lucir más hermosa de lo que ya era.

Iba por la mitad de su vaso con agua, ya los segundos se hacían pesados de soportar y el tiempo que disponía para esperarlo se estaba acabando. Sus labios gruesos dibujaban algo que supuestamente era una sonrisa pero los nervios la deformaron.

De pronto unos pasos se escucharon y una voz ronca dijo su nombre, ella la reconoció de inmediato, ya había llegado su guapo novio. Le dio un beso en la mano, ¡es todo un amor!, ya ella olvidó su casi enojo por la tardía.

-          ¡Cuán hermosa estás! No te conocía ese vestido- esa voz la mataba, podría pasar todo el día abrazándolo, simplemente escuchando sus tiernas frases para enamorarla.

-          Lo compré solamente para venir a este lugar- sus mejillas se pusieron rosada, a pesar de ser morena él lograba ese efecto.

-          Espero te guste, es el mejor para celebrar nuestro primer mes.

-          Claro me encanta.

Había una gran cantidad de personas, todas con sus trajes formales, muchos aparentando ser de la clase alta con sus cabezas firmes y lenguaje sofisticado, casi rosando lo absurdo. Él se levantó, le dio un beso y sus zapatos negros sonaron con dirección a la salida. La cara de ella era de expectativa, seguro se le iba a declarar al frente de todos, o cantará, estaba extrañada y emocionada.

-          Lindo restorán, lástima comida.

Al hablar captó la atención de todos lo que allí estaban, volvió a ver al hombre que limpiaba el piso y este se le acercó.

-          Este tipo estaba pasando queroseno al piso, lindos sueños a todos y en especial a ti mi amor- al terminar de hablar, cerró la puerta y lanzó el fósforo por un ventana que no estaba totalmente cerrada.