DÉJAME SOLO

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TANIA Y JOEL

Un viejo autobús azul con un peluche de la rana Rene amarrado con un mecate a la defensa delantera anunciaba su llegada a la terminal del norte de la Ciudad de México, los pasajeros que aquí bajaban comenzaron a alistarse para su descenso, entre ellos el joven Joel Espada, quien lleno de ilusiones ahorro por varios meses en su natal Nayarit para venir a la gran ciudad a estudiar derecho en la máxima casa de estudios. Su amigo "Santi" a quien conoció en un concierto de Enrique Bunbury hace un par de años lo esperaba en la terminal, pues este lo hospedaría en su casa mientras él se acomoda por su cuenta, Santi llevó a Joel por unos clásicos tacos de suadero, pues era ya la hora de la cena y lo puso al tanto de los lugares en los que podría encontrar trabajo, en donde era recomendable comer y conveniente tomar unas cervezas, le informó sobre el proceso de inscripción a la universidad y se pusieron de acuerdo sobre los gastos de la casa. Al llegar a esta le mostró todos los espacios que compartirían y al final su recamara, Joel se acostó en la cama sin siquiera desempacar y comenzó a soñar despierto cuando timbro su celular, era su abuela.

-¡Tita! Estaba a punto de marcarte - dijo él al contestar el teléfono -

-¡No me mientas! - interrumpió ella - ya sé que no lo ibas a hacer, - continuó - ni te acordabas de esta triste vieja, ahora estás en la gran ciudad viviendo el sueño y yo solo quería saber que llegaste bien y darte mi bendición mijo.

-Tita, claro que siempre pienso en ti, - afirmó Joel angustiado - si por eso estoy aquí, para regresar con artos billetes y arreglarte tu casita – puntualizó -.

-No mijo, olvídate de esta horrible casa y de todo lo que hay aquí que ya está más muerto que vivo, tú vive mijo, vive por mí, por tu abuelo y tus papas que en paz descansen.

-Te amo mucho tita - dijo él con la voz baja y entrecortada -.

-Yo también mijo, - dijo ella entre llanto - yo también. Que papito Dios te cuide y te bendiga mijo - colgó -.

-Que Dios te bendiga tita - le dijo Joel al celular -.

-Así que estoy viviendo el sueño - se dijo Joel a si mismo mientras se levantaba de la cama - pues ¡a vivirlo!

Tiempo después Joel se encontraba estudiando en la facultad de derecho de la UNAM y trabajando en una carpintería y en un resteurante para pagar sus estudios y mantenerse y es que cuando uno de verdad quiere algo no hay nada que se lo impida.

-Señorita, disculpe - vociferaba Joel en una cafetería cercana a su escuela -.

-Dígame - contestó una joven al otro lado del mostrador dejando a Joel perdido en sus grandes y luminosos ojos -.

Fue amor a primera vista sin duda, el vestido de novia era blanco, lleno de piedras brillantes y tan largo que abarcaba todo el pasillo de la iglesia, el coro cantaba angelicalmente y el cura de cabellos blancos y mirada tierna esperaba junto a Joel a esa hermosa novia, al acercarse un poco más y descubrir su rostro brillaron más que cualquier piedra hermosa esos grandes ojos, la ceremonia continuó y el sacerdote hizo las preguntas acostumbradas Joel de inmediato contestó que sí y la hermosa novia contestó...

-Joven, ¡joven! ¿Qué le sirvo? - esa pregunta volvió a Joel a la realidad -.

-Americano doble por favor - dijo con palabras entre cortadas y mirando hacia todos lados para esconder la gran atracción de sus ojos hacia los de ella -

-se lo llevo enseguida.

Joel fue a la mesa más cercana y espero un par de minutos sin dejar de observar cada movimiento de la hermosa chica, quien de vez en vez también lo veía y se sonreía, al llevar su café cruzaron un par de palabras cuando de la nada llegó una también muy bella señorita con un beso que parecía la antecedía y un abrazo.

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