. . . Las ruedas del autobús giran, giran y giran, giran, las ruedas del autobús giran, por toda la ciudad, el limpia brisas del autobús hace suish, suish, suish, suish suish, suish, suish, el limpia brisas del autobús hace suish, por toda la ciudad. . .
Aquella era la letra de la infantil canción que sonaba mientras una joven mujer de cabellos cortos y cobrizos, manejaba y cantaba al ritmo de la melodía, observando por el retrovisor a la pequeña niña de casi tres años que sentada en su silla de seguridad en el asiento trasero, se cruzaba de brazos con evidente enfado e irritada hasta el punto de cubrir con sus tiernas manitas sus oídos, desencantada por esa melodía que antes disfrutaba, y es que a su corta edad las emociones se manifestaban sin filtros y para la madre de la pequeña, aquella situación se hacía aún más difícil al comprender por qué su pequeña había amanecido tan indignada. Sacarla del auto fue una odisea, la pequeña hizo la pataleta de su vida más sin embargo aquella paciente mujer logró sostenerla a nervio de acero mientras sacaba la mochilita de su emocional bebita a la cual dejaría por primera vez en la guardería por múltiples y especiales razones.
La primera, era alentar a su hija profesionalmente para que desarrollara de una manera lúdica mediante la estimulación, sus áreas cognitivas, física y emocionales. El programa de aquel centro educativo era estupendo y su niña necesitaba esa educación a temprana edad. Y la segunda y no menos importante, tener un poco de descanso en casa, en donde otros cuatro niños también la llamaban mamá desde hace casi siete años atrás, cuando decidió ser madre por primera vez y no pudo detener la multiplicación de sus hijos.
Petra, ese era el nombre de aquella joven madre, quien hace unos munitos apenas, había dejado un par de gemelos en la primaria, sus primogénitos Ethan y Evan, dos hermosos niños inteligentes que le hacían la vida más fácil y dichosa, al comportarse como los hermanitos mayores y responsables de la pequeña niña dulce de cabellos cobrizos como ella, Kushel, y el niño extrovertido tan parecido al padre, Kevi... el amor de su vidaMismos a los cuales dejó en el pre-escolar despidiéndose con prontitud de ambos al saber que debía asistir al primer día de guardería de la pequeñita Lena Ackerman, la misma que no dejaba de quejarse haciéndole el berrenchín más gracioso a la exhausta Petra, que después de la introducción en la dirección de ese colorido centro infantil, se encaminó con la niña en brazos hacia el salón en donde debía dejar a la bebé de cabellos cortos y negros, que entre pucheros y con su naricita roja de tanto sobrellevar las ganas de llorar, ya que Lena era todo menos una bebé llorona.
-.Basta... lo hablamos en casa y dijiste que sí, sí, sí, a todo ¿Lo recuerdas mi amor? Te dije que te ibas a divertir aquí, que tendrías amiguitos y jugarías mucho, mucho, vamos entra que mami debe irse.- La mujercita se encontraba agazapada a la altura de su hija, peinando sus lisos y oscuros cabellos mientras ésta se aferraba a ella y negaba sin pizca alguna de querer soltarla, la pequeña Lena se aferraba de su ropa y refutaba moviendo la cabeza de un lado a otro, balbuceando palabritas y contradiciendo a su madre pidiéndole que se fueran de ahí, señalando hacia lo que la bebé suponía era la salida.
Petra estaba perdiendo la batalla, su hija rehuía a la idea de quedarse en la guardería y ella ya estaba lo suficientemente cansada con un embarazo a medias, tratando de convencer a una bebé tan testaruda y es que ella era digna hija del pertinaz, obcecado, tozudo, cabezota, porfiado, y terco Levi Ackerman, mismo al cual culpaba por aquella actitud tan malcriada que Lena presentaba esa mañana, pues si él no se derritiera con cada pestañeo de la bebita indócil y huraña que tenían, dejarla en aquel lugar desconocido sería muy fácil como lo fue con los otros cuatro niños.
Estaba a punto de cargar a su hija de nuevo entre sus brazos, cuando la presencia de un hombre joven, alto y de cabellos más rojizos que los suyos, la veía con leve molestia sosteniendo a un pequeño en brazos, quizá de la misma edad que su hija, mientras en la otra mano cargaba una mochilita azul, propia del risueño bebé que de inmediato le llamó la atención por la carita dulce y afable que mostraba.
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Meant to be yours
RomanceEste es un One Shot escrito por la autora Alaiaack, del fandom de Shingeki no Kyojin para la comunidad RolePlay. Es la historia vivida entre Lena y Mark, ella hija del matrimonio RiveTra y él, hijo del soldado de Mare, Porco Galliard. AlternativeUn...