HOMBRE ANACONDA

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Hace muchos, muchos años en una tarde tomó como juego una abuela, ella sabía si iba dar de tomar la planta que efecto hacía, sin embargo, no estaba tan segura y fue a la función. La abuela del joven llamada Sara le hacía vomitar con una planta que se llamaba guayusa en idioma yoco, luego le hizo tomar Yaje para que accediera a los conocimientos ancestrales. De hecho, el joven dijo que iba a matar a la boa y la mató.

 Los chamanes habían dicho a la abuela que no le diera Yaje, pero ella no obedeció causando que el joven se transformara en boa. De hecho vivía en las orillas del río y ahí había una pequeña comunidad donde moraba una linda joven de hermosos ojos negros, con una sonrisa dulce, encantadora. Bueno, ella no tenía novio y vivía con sus padres. 

La hermana mayor estaba casada, mientras que la otra era soltera y sus padres eran muy celosos de ella. La hermana soltera florecía cada día más y siempre iba a desyerbar la yuquera, hasta que un día vio a una boa muy fea. Al verla se asustó y se enfermó, pero la serpiente la curó con el fin que ella lo pudiera mirar como un hombre. Pasó el tiempo y la chica se veía muy diferente. Entonces el padre, como era celoso y la cuidaba mucho, un día fue detrás de ella donde estaba trabajando. 

Allí se sorprendió y vio que la boa tenía enrollada a su hija. En efecto, descubrió que se había enamorado de una enorme boa. Bueno, pero ella, en realidad, veía un joven guapo y atractivo. Viendo esta escena, el padre se asustó y fue a llamar a su esposa. Estuvieron mirando un rato la hija que jugaba a tirar la tierra con el serpiente. Después de una hora se fue. Pasaron algunos meses y la chica quedó embarazada. De hecho la noticia no alegró a su familia que no comentó a nadie el asunto, por su obscuro noviazgo con la boa. 

De hecho creían que ella habría sido una madre soltera. La joven se fue hacia el río, sin darse cuenta que sus parientes la seguían de lejos. Junto a la orilla, la boa que ella amaba, salió del agua y la enrolló delicadamente. Viendo esta escena, la familia de la chica pensó que era un acontecimiento increíble. Cuando la joven regresó, le preguntaron qué hacía con esta boa y ella cálidamente respondió que era su marido. Pasó el tiempo, la barriga de la joven crecía y ella disimuladamente cogía su vara de pescar, se acercaba a las orillas del río y la boa no hallaba la hora de darle pescado fresco para que se alimentara. 

Cuando se concluyó el tiempo natural, la chica dio a luz un bebe sano y fuerte. Sin embargo el recién nacido tenía sanguijuelas en la oreja derecha y, en la mano, una culebrita llamada "Curaguajero". El niño iba creciendo con la ayuda de su padre boa. El bebito ya andaba jugando en la aldea, pero todos los demás niños se burlaban de él a causa de su aspecto físico. Además la gente era envidiosa porque el niño iba a pescar y sacaba pescado grande, mientras que los demás niños no sacaban nada. La esposa de la anaconda y su hijo tenían siempre una buena pesca gracias a la boa. 

De hecho, ellos sólo debían esperar que la boa le llenara la canasta de pescado fresco. Ellos decidieron apartarse de la familia, comenzaron a construir su propia choza, pero a la madre de la chica le daba pena porque solo veía una boa enrollada encima de la choza. La hija le dijo a la mamá de cerrar los ojos y le echó ají. Entonces la señora ya vió que en realidad la serpiente era un hombre. Las demás personas, en cambio, veían solo una boa enrollada y desde ahí comenzaron a criticar, burlarse de su hijo, mientras que el abuelo decía a los muchachos que no se burlaran del niño. A la boa le dio rabia por la crítica de la gente ya que escuchaba que el niño era cochino porque tenía una sanguijuela y la Caraguajero. 

Entonces la boa fue dejando a su hijo y esposa pero siempre estaba pendiente de los dos en sus alimentos. De hecho él les visitaba todas las noches y poco a poco el niño creció, pero no jugaba con los otros niños, sólo jugaba en las orillas del río y no se ahogaba porque su padre estaba pendiente del niño. Pasó el tiempo. El niño tenía cuatro años y se iba a pescar. De hecho, su padre le mandaba pescado a la mamá. Por eso, un día ordenó a su hijo que le dijera a la madre de hacer la chicha y al hijo de cortar bastantes flores de cañabrava, para hacer huequitos alrededor de la chozita donde vivían. Luego la Anaconda dijo al hijo que habrían dado una pequeña fiesta con todos los amigos y la familia.

 La mujer siguió las instrucciones del esposo y lo mismo hizo su hijo. Durante la fiesta los familiares y amigos bailaban contentos, menospreciando el hombre-boa. Mientras la fiesta se iba desarrollando y los invitados estaban borrachos ya eran las tres y media de la madrugada. En este instante, el niño salió y comenzó a hacer hueco alrededor de la choza con la flor de cañabrava porqué así le dijo el papá boa. La mujer de la boa hizo secreto a las Gallinas, Perros, Animales, a su papá, mamá, hermanos y todos los que estaban en la fiesta.

 En un dado momento, los vecinos oyeron que sonaban tambores y ya eran las cuatro de la madrugada cuando sonó un trueno grande y después quedó todo silencio. Entonces ya eran las seis de la mañana, la gente del pueblo se acercó a la orilla; oían ladrar a los perros, cantar a los gallos debajo del agua pero nadie pudo entrar en la laguna y esa quedo encantada y sólo se vió una familia feliz: eran el hombre anaconda con su esposa y el hijito fruto de su amor.

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