Nadie te puede lastimar

[WinterIron]

Etiquetas: James "Bucky" Barnes/Tony Stark. Marvel MCU fandom. Fluff. Pre-slash.

Cuando Tony salió de su laboratorio y se encontró con dos súper soldados acampando afuera, sentados en el suelo frío, comiendo frituras mientras esperaban a que el dueño de la torre saliera, supuso que tenían algo que pedirle o disculparse, apostaba que era la segunda opción. En lo que iba del mes, ya había repuesto varias mesas y sacos de boxeo que el par destrozo a propósito y sin querer.

Ambos pusieron su mejor cara de cachorros que fueron abandonados en una caja bajo la lluvia y esperaban a que un humano de buen corazón los sacara de su miseria.

—¿Qué rompieron? —dijo Tony, dispuesto a abordar el problema de una vez por todas.

—No rompimos nada... creo —dijo Steve—. Queríamos pedirte un favor.

Tony alzó una ceja.

—Estoy escuchando.

Bucky se removió incómodo, sin embargo, hizo acopio de todo su valor para dirigirse a Tony.

—Encontré un gatito abandonado y me preguntaba si podía conservarlo. Prometo cuidarlo bien y evitar que dañe cualquiera de tus muebles que valen más que nuestras vidas. —Bucky parecía resignado y dispuesto a recibir un no.

—Bien, tu gato, tu problema. Si la pequeña bestia mata a alguien, eres el responsable de deshacerte del cadáver. Si necesitas información adicional tienes a V.I.E.R.N.E.S. a tu disposición. Ahora dejen de mirarme como si fuese un mal humano, súper cachorros. —Tony dio la media vuelta, listo para irse.

Steve palmeó la espalda de Bucky y le susurró a su amigo un "te lo dije", que no le pasó desapercibido a Tony.

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Pasaron dos días antes de que Tony conociera al monstruo peludo y con garras que Bucky había recogido porque tenía un corazón absurdamente suave y débil por los animales. El gato en cuestión apenas alcanzaba el mes de edad, tenía un pelaje negro, ojos azules y le faltaba una pata delantera, la izquierda.

Bueno, eso explicaba porque Barnes sintió que era su responsabilidad cuidar del felino.

Bucky amaba hablar con el gato, jugar con él y cuidar que no se metiera en problemas porque apenas estaba empezando a desarrollar estrategias para mantener el equilibrio.

Tony supuso que el animal fue abandonado porque había nacido de esa manera. Steve le había comentado que creía que era bueno que Bucky tuviese una mascota, dado que lo distraía y lo ayudaba a mejorar su ánimo en general, le volvió a dar las gracias por permitir que el gato se quedara.

Stark nunca fue uno para decir que no a los desamparados. Contempló al gato en varias ocasiones antes de tomar una decisión.

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Bucky entró en pánico cuando no encontró a su mascota en su piso. Revisó varias zonas de la torre en cuestión de segundos, hizo un barrido de las áreas que le faltaban después de darse un respiro, pero siguió sin hallar al minino. Si se había salido a la calle, obligaría a Steve y a Sam a que lo ayudaran a buscar.

Decidió ir con Tony para que permitiera revisar todas las cámaras de seguridad. Sería un poco incómodo y quizá el genio se reiría por su preocupación, sin embargo, era un riesgo que aceptaría correr. Fue hasta el taller de Stark a paso rápido, pero se detuvo y casi chocó contra los vidrios al ver al felino extendido en una mesa mientras Tony le ponía una prótesis en la pata que nunca se desarrolló.

La prótesis lucía sospechosamente similar a la de Bucky.

V.I.E.R.N.E.S. abrió las puertas, concluyendo que el soldado estaba ahí por su mascota y que su jefe de seguro no le avisó al Sargento que tomaría prestado al gato.

—¿Qué estás haciendo?

Tony no miró a Bucky, siguió concentrado en la pata del gato.

—Mejorando su calidad de vida. Con suerte podrá escalar como cualquier otra bestia peluda.

—Gracias por ayudar a Lucky. —Barnes sonrió con suavidad.

—Como sea —respondió Tony. Siguió trabajando hasta que, media hora después, terminó. Levantó al gato, que le maulló con afecto y ronroneó—. Eres muy fácil, eres un gato, deberías de poner más peros para repartir tus afectos.

—Siempre puede aprender de ti —comento Bucky.

Tony lo volteó a ver con una sonrisa presumida.

—Tendremos que ajustar la prótesis hasta que alcance su tamaño máximo.

—Está bien. Estoy seguro de que contigo al mando no habrá ningún problema —dijo Barnes.

—¿Ya estás trabajando para recibir mis afectos?

—Obviamente. No puedo ser un padre soltero toda la vida, tengo un gato que merece otro padre.

Tony se echó a reír.