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Cuando Hyunjin llegó a la comisaría a ver a su omega, bufó molesto metiendo sus manos a los bolsillos del pantalón. Esperó pacientemente en la silla mientras en su mente aparecían los mejores momentos que pasó junto a Seungmin.
Se habían conocido en año nuevo, todo había sido tan surreal pero eso no importó para el corazón. Se visitaban con frecuencia, a pesar de vivir lejos siempre había la oportunidad de verse.
Todo era mágico; el cortejo, las noches de películas donde terminaban teniendo sexo hasta el amanecer; estar acostados en el sillón oyendo la lluvia y por supuesto: El día de su boda y la marca.
Su alfa aullaba desolado en las madrugadas, queriendo tener al lado a su omega.
Pero Hyunjin nunca quiso escucharlo, ignorando ese sordo dolor en su pecho.
¡Habían hecho una familia!, y aún así se mantuvo al lado de Jeongin y lo marcó
No supo cuando dejó de amar a Seungmin, sabía que todo estaba mal pero no hacía nada para reparar el error, ni siquiera cuando nació su hijo.
- Hyunjin...
Levantó la mirada y observó a su pareja, esposado, quién se sentó al frente suyo con cautela.
Llevaba un olor muy peculiar que hacía a su lobo ponerse inquieto.
- ¿Te la has pasado bien encerrado en esta mierda? -preguntó con ironía en su voz.
Jeongin bajó la mirada y apretó con fuerza sus manos.
‐ Todo.
El menor bufó y negó lentamente con la cabeza.
- Si lo hago, todo cambiará y sé que no permanecerás más aquí -rió con falsedad- Si dejaste a tu antigua pareja con un cachorro, ¿qué me espera a mi?
- ¿Ahora es mi culpa? ‐preguntó consternado, levantando una ceja- Si mal no recuerdo, tú fuiste el que llegó hasta mi.
- Pero accediste, dejaste todo atrás por mi y está bien. Me sentía satisfecho -levantó la mirada- Pero ahora todo cambió, y no sabes lo mierda que se siente estar... de esta manera.
Hyunjin restregó sus manos contra su cara, irritado.
- ¿Creíste que te iba a apoyar y que estaría feliz con que hayas atacado a Seungmin y a mi hijo? ‐comenzó a elevar su voz, sus ojos cambiando de color- ¡Casi mueren, maldita sea!
Jeongin contuvo el aliento al sentir su estómago revolverse y cerró los ojos con fuerza al concentrarse en no vomitar.
- Esto va a terminar, no puedo seguir a tu lado. Ya he hecho demasiado daño y solo quiero largarme -apoyó los codos en la mesa.
- ¿Romper el lazo? -preguntó con débilmente, sentía todo su alrededor girar.
- Para siempre... -miró detenidamente al menor y frunció el ceño- ¿Te pasa algo, Jeongin?
Su rostro de un momento a otro estaba pálido, se notaba que le iba a dar una crisis de pánico o algo.
- Voy a llamar al guardia, espera aquí y...
- Estoy malditamente embarazado de ti, desgraciado.
La mente de Hyunjin quedó en blanco, hubo un recuerdo del cítrico olor del menor inundado sus fosas nasales en su habitación, lo había follado sin importar las consecuencias.
- ¿Desde cuándo? -atónito se atrevió a preguntar.
Dio una bocanada de aire y levantó la mirada.
- Antes de ir con tu estúpido omega, el olor delató mi estado... -suspiró molesto- Pero está bien, romperás el lazo y yo moriré junto a mi bebé, sino, con la paliza que me darán aquí después del juicio.
Y Hyunjin no supo que hacer cuando el omega gestante cayó inconsciente al suelo.
El guardia que acompañaba a Jeongin corrió a su auxilio y mandó a pedir ayuda por su monitor.
- Yo... me tengo que ir.
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