En el siglo XIV Maquiavelo redactó las normas que caracterizan al principado. Actualmente, los estados modernos aún conservan el eje del poder entre sus prioridades, al igual que la hegemonía y la articulación ideológica que afianza cualquier gobierno. En este sentido, se consideran algunas leyes fundamentales para fortalecer la soberanía: hacerse temer y amar por el pueblo, vencer con la fuerza o el engaño, eliminar la milicia desleal y aniquilar a quien se le pueda oponer.
La realidad no es diferente, sin embargo, cuando te preparan para liderar, tus propias decisiones siempre deben reflejar ciertos intereses que no pueden catalogarse como buenos o malos, la moralidad no siempre se compra, por eso no creo en algún poder absoluto, al momento de hablar de libertad no soy una excepción.
No seré modesta al hablar de mi vida, me enorgullece mi sabiduría, mi posición social y los privilegios que contrae mi apellido, sin embargo, desprecio el hecho de que debo pagar todas esas facilidades con mi propia identidad y libertad.
Pertenezco a la casa de los Holmes, una familia que se instaló en Gran Bretaña y afianzó la configuración de su ideología desde los años posteriores a la época más oscura de la humanidad, los escalones subsecuentes de su integridad conforman una larga línea de sucesión relacionada al linaje de sus propias costumbres, pensamientos y un espíritu de realeza que se transmite de generación en generación.
Nuestra forma de actuar se relaciona con tres principios sencillos: la ética no gobierna tus acciones, protegerás nuestra historia a cualquier costo, y una de las más importantes, la lealtad de la familia no se vende.
El último principio se relaciona con la vida de una ilustre mujer que portó el apellido Holmes durante el siglo XVIII, actualmente la conocemos como “La matriarca” fue uno de los principales pilares para que nuestra familia se integrará en la aristrocracia y en la política de la nación.
Ella era una historiadora, escritora y ensayista bastante controversial por su tenacidad y coraje al momento de defender sus ideas, jamás se dejó intimidar y su propia seguridad era un arma implacable.
La matriarca tenía una ligera obsesión con el orden, la sabiduría y el conocimiento, cualidades que la convirtieron en una líder excepcional. Pero nunca obtuvo una oportunidad para que el mundo la conociera, así que con el tiempo tuvo que ocultar su trabajo en diferentes novelas y tratados que firmaba bajo el nombre de S.L Holmes, así protegió su autonomía y hoy en día apenas se reconoce su papel dentro de la política y la literatura.
Sin embargo, los problemas de su profesión nunca detuvieron su espíritu, durante años luchó por la aceptación del círculo social al que pertenecía, y a pesar de que se casó muy joven, su compromiso la empujó a construir un propósito para sus propios descendientes. Pero los herederos de la familia no recordamos a la matriarca por su complicado rol como investigadora, política, escritora o incluso como madre. Los primogénitos de cada generación debemos adoptar su papel y asegurar el futuro de la familia.
Mi historia empieza en 1894, nací en navidad y por eso mi madre me consideró como un regalo divino, me bautizó bajo el nombre de Diane, y desde entonces crecí en el seno de la familia Holmes.
Por ser la primera hija de mi padre tuve que adoptar esta misma tradición y me preparé desde muy pequeña para cumplir con el propósito de heredar uno de los roles principales de mi familia.
Mi padre era el primogénito, así que me educó para heredar su rol al igual que su padre antes de él, me permitió desarrollar diferentes habilidades que con el tiempo me convirtieron en una mujer decidida, valiente y segura de mis propios actos. Sin embargo, en ciertas ocasiones las decisiones de mi padre me colocaban en el ojo del huracán y de la prensa, esas situaciones me ayudaron a forjar mi propio carácter.
Con los años luché ante todo pronóstico, las críticas e incluso con mi propia familia, pues debía demostrar que era digna de relevar a mi padre en sus funciones. Ese era el único propósito que la vida tenía para mí.
Hace unos meses, yo tenía claro mi propósito, pero el propio juego de mi familia me hizo abrir los ojos, justo en el momento que el mundo está lejos de mis medios, a mitad de una guerra que está consumiendo el mundo que conocía, y si algo me enseñó mi propia sangre, es que la guerra no cambia nunca.
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La Vie En Rose
General FictionLa familia Holmes a lo largo de los años se convirtió en un símbolo de grandeza y prestigio entre los mas notorios miembros de la aristocracia británica. No es para nadie un misterio que durante el crecimiento de su reputación proporcionaron estabil...