Capítulo 5

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Maratón 2/3

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Maratón 2/3

Mar de plata, Argentina

Victoria

Termine de cerrar la cuarta maleta para apilarla con las demás en la puerta del departamento. Al fin había terminado todo además de dejar todo limpio, el plan se basada en pasar un mes y medio en Buenos Aires capaz algunos días más pero no se podia más de dos meses

Primero por el jardín de Damián y segundo mi trabajo. Los niños estaban dormidos, Alma estaba tan emocionada que me tomó casi dos horas dormirla pero los quería descansados para el aeropuerto

Como casi siempre el vuelo salí de madrugado, siempre nos gusto viaje de noche, se nos facilitaba bastante por que no había tantas personas y para mi era más fácil ya que con cuatro maletas más dos bebes eran ya era bastante complicado

Apague la luz de nuestra sala para dirigirme a mi habitación, encontrándome a mis dos angelitos desplazados en la gran cama durmiendo. Sonreí con ternura observándolos

Son las únicas personas que me han salvado de todo. Camine hacia la mesa de noche para prende la luz de la lámpara y darle un beso a cada uno

Cuando me asegure que estuvieran bien, salí de la habitación dejando la puerta entreabierta. No detuve mi paso hasta llegar a mi cocina y buscar la primera botella de vino que encontré

Si, como oyen una botella de vino. Al descorcharla, la guíe directamente hacia mi boca pegando su borde en mis labios

Cerré mis ojos al sentir el líquido bajar por mis garganta. Se que no es lo más sensato cuando tenía dos horas para tomar irme al aeropuerto pero lo necesitaba

En Buenos Aires no venía nada fácil y ya no sabía cómo coño lidiar con todas. Apague la luz de la cocina y me senté en el sofá de departamento viendo las luces de la cuidad que se reflejaban en el vidrio de nuestro balcón

-¿Como llegue hasta aquí?-susurre para mi misma para tomar otro sorbo de la botella. Cabe destacar que el vino de la argentina es de lo mejor

Tenía el pecho oprimido desde ayer, y solo tenía ganas de llorar. No podía hacerlo al frente de los niños por que si no empezarían las preguntas y tampoco quería ponerlos triste a ellos

Pero por primera vez en horas puede tener un tiempo para mi, hacia fuera solo para llorar

Solo se escuchaban mis sollozos y algunos tenues sonidos de los autos en la cuidad, ya llevaba más de la mitad de mi botella y no sentía ni coco

M A M I C H U L A/ Mateo Palacios / TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora