El parecía más sueño que realidad pero cuando miraba su sonrisa a través del frío espejo no podía evitar emocionarse con la mirada verde del pequeño castaño. Era como una esperanza para su vida aunque solo fuera el joven del espejo.
One-Shot
Pareja...
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Se tomó un descanso del ruido de la cuidad y decidió vivir en una pequeña casa a las afueras de un pequeño pueblo europeo para poder pasar sus vacaciones sin la preocupación de llamadas molestas, interrogatorios o discursos de problemas laborales. Takano solo necesitaba su tiempo después de trabajar años sin descanso y aquel lugar era ideal para él.
La enorme casa que se había comprado desde hace tiempo estaba desordenada llena de muebles con sábanas blancas, el piso lleno de polvo y las paredes con telarañas no solían darle la expresión de dulce hogar al contrario parecía dulce chiquero.
Dejo su maletas en la entrada para dedicarse a buscar cualquier utensilios de limpieza que pudiera dejar los dueños anteriores. Y así lo encontró la escoba, el trapeador, un bote y pequeños trapos, se ajusto las mangas de su camisa para enfrentar toda la mugre de su propiedad.
Se pasó horas limpiando cada habitación de su residencia hasta que él mismo aire olía a detergente (lo compro antes de llegar). Cuando se topo con el último cuarto tono: las cajas selladas, la ropa tiradas, lámparas, retratos y un objeto cubierto por otra manta. Suspiro derrotado aquella habitación era mucho peor que las anteriores.
—Bueno manos a la obra— pronunció abriendo las cortinas y después agarró con fuerza la escoba.
Colocó en la bolsa cada objeto que no servía con aburrimiento, su descanso laboral era una completa mentirá, en ese momento Takano se maldecía el no haber conseguido a una empleada para la limpieza.
Cuando la habitación quedó como dios manda se acercó al último objeto que se cubría aún con la manta y la jaló para quedar al frente de un espejo de cuerpo completo. El marco era de plata con decoración de pequeñas flores con hojas que se esparcía alrededor del borde, el objeto era sin duda antíguo.
—Que lindo— menciono tocando el borde y sonrió al ver su reflejo.
El espejo era sin duda la antigüedad que faltaba en su cuarto.
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