CAPÍTULO 1 "Reencarnaciones"

7 1 0
                                    

La sentencia a la reencarnación, es en otras palabras, torturas secretas manejadas por demonios con posición ultra-alta. 
Se podría decir que nunca he vivido algo así, pero eso sería una mentira, porque es específicamente lo que carcome mi mente cada segundo de mi vida.

Las reglas demoníacas están para algo más que simples escrituras, pero mi adicción es mucho más fuerte que la voluntad que pueda llegar a tener para controlarme. Así que no. La reencarnación nunca podrá ayudarme a escapar de quién soy.


—Novak Bleic, sentenciado por regla demoníaca número 14.
—Absorción de sangre humana.
Mi cuerpo se encuentra sujetado con múltiples cadenas de hierro a temperaturas extremadamente bajas; en un calabozo. Es lo único que impide que utilice mi fuerza demoníaca.
Las cadenas marcan latigazos cuando mantienen segundos de contacto con mi espalda y manos, transmitiendo un feroz ardor que se expande por todo mi cuerpo.
Los gritos agudos de las almas deterioradas consiguen aturdirme y dejarme en un estado completamente abrumador. Sollozan en mis oídos. Atrapan cada una de mis pesadillas, nombres de humanos que irritan, mi adicción a la sangre humana, y las repiten una y otra vez, en forma de castigo.

De aquí en adelante, no debería de recordar quién soy, y cuál es la historia que conforma mi vida. Pero no, nunca sucedió como se suponía. Ya he perdido la cuenta de los intentos numerosos de reencarnaciones por los que he pasado, y aunque sea el único que note que mi sistema no es compatible con las almas deterioradas, sí. Después de cada tortura sigo siendo el mismo idiota deambulando por las ciudades en busca de algo que pare el temblor y lo débil que me hace sentir cada vez que veo sangre humana.

Él nunca ha sido capaz de admitirlo o peor aún, aceptarlo. Cada una de sus torturas, lo hacen más aferrado a quién es, y no a quién debería ser. Sus recuerdos son capaces de traspasar la línea entre lo que para él se distingue del bien y el mal, transformándolo en un demonio incapaz de controlar sus impulsos y su egoísmo; la evolución de un monstruo.


Una vez que los demonios pierden el completo control del cuerpo que poseen, son enviados al plano Diaphani.

La Jerarquía de Demonios, nunca ha tocado el tema de las reencarnaciones. Principalmente porque es un sistema que ejerce el poder ilegalmente. Dentro de las ciudades demoníacas, nadie habla de este tipo de torturas. Eso significa que, soy el único demonio incapaz de reencarnar en otro cuerpo y olvidar su historia. También significa lo peor, soy el único que recuerda cada uno de sus castigos y torturas.


El silencio y el frío abundan en una completa oscuridad. Lo único que percibo es el jadeo de algo que gira repetitivamente alrededor de mí: sombras infernales.
Con mucha rapidez, una especie de garras se agarran de mí y comienzan a arrancar pedazos de mi piel desesperadamente. Un grito nace desaforadamente de mis entrañas, y mis brazos logran desquitarse de las garras que me sostenían.

Desde fuera de mis pulmones percibo el crecimiento de algo que descontrola el estado abrumador que llevo, transformándolo a un estado completamente impulsivo. El dolor destripante se expande y sale de mi espalda, como si una espada caliente estuviese siendo clavada en mi costillas, y luego extraída. Alas Oscuras, que nacen desde mis entrañas y se abren en cuestión de segundos, sueltan pedazos pequeños de cenizas que caen al suelo hecho de piedras asimétricas.
Mi lado demoníaco se apodera de mí, y es ahí cuando dejé de actuar pacíficamente, sin control alguno de mis acciones. Mis alas demoníacas comienzan a despegar, sin dirección determinada para escapar por primera vez de lo que siempre controla mi mente.

THE IGNAISIS DEMON (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora