This is how I win

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Muy buenos días, tardes y noches, queridos lectores!

Sé que muchas estarán sorprendidos con esta publicación, pero se debe a que principalmente se me ocurrió hace pocas horas y decidí escribirlo lo más rápido posible como un one-shot para que ustedes lo disfruten.

Como siempre digo, no soy dueño de ningún personaje, todo corresponde a sus respectivos dueños.




THIS IS HOW I WIN

Introducirse a Alchemax era prácticamente un juego de niño para Norman Osborn, ya sea en posesión de sus poderes brindados por la Fórmula Goblin, o la ausencia de este, que irónicamente era el escenario actual. E inclusive si había conseguido infiltrarse en la empresa de su nuera con el propósito de estar lo más cerca posible de su nieto para convertirlo en el heredero definitivo de sus ambiciones y locuras, el hombre adulto se sentía insatisfecho.

Había perdido contra Spiderman una vez más, siendo despojado de sus dones al punto en que suministrarse de nuevo su milagroso suero no acarrearía ninguna consecuencia favorable para su persona. Era odio desmedido lo que lo carcomía de a poco por dentro, yendo al extremo de tener que controlarse para no desatar un furioso caos en la ordenada oficina de su, inservible a palabras de él, hijo.

Un enorme ventanal dejaba ver aquellos edificios de símil altura a que él pisaba, pudiendo ver lejanamente las personas que trabajan allí ya sean en sus escritorios o acarreando papeles y demás necesidades de un lado al otro. Verlos tan ensimismados en sus tareas le enervaba, deseando más que nada llevar un poco de desorden a sus vidas para que pudieran estar de igual manera que él, para que se convirtieran en sus fieles súbditos como lo habían sido antes cuando estuvo a punto de vencer el autonombrado Superior Spiderman.

Asqueado, Norman alejó su verde mirada del exterior, enfocándose nuevamente en la predisposición de los muebles que decoraban la oficina. Un gran librero estaba adosado en la pared norte del habitáculo, conteniendo decenas de tomos recopilatorios que variaban desde literatura hasta bitácoras científicas, ordenados pacientemente por el color de sus tapas e ignorando los temas que trataban. En la pared opuesta, una apagada chimenea dejaba reposar en su interior unos leños precavidamente colocados, formando una especia de pirámide, las cuales si estuviesen en ascuas podrían iluminar un retrato que bosquejaba un paisaje otoñal.

Sin nada más que poder escudriñar, el hombre adulto chasqueo la lengua con notable molestia antes de notar el elegante escritorio a meros metros de distancia, por lo que eligió acercarse a este, rozando con las yemas de las falanges la oscura madera barnizada libre de todo rastro polvoriento. Maravillado con su reflejo, Osborn no dudó ni un segundo en hacer a un lado la silla de negro tapizado para tomar asiento, sonriendo jubiloso por un fugaz recuerdo que a su mente vino de cuando era dueño de su propio imperio.

 Maravillado con su reflejo, Osborn no dudó ni un segundo en hacer a un lado la silla de negro tapizado para tomar asiento, sonriendo jubiloso por un fugaz recuerdo que a su mente vino de cuando era dueño de su propio imperio

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