Capitulo 37

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Marizza: ¿no me vas a decir a donde vamos?
Pablo: ya te dije...
Marizza: no es suficiente...y te digo que si me llevas a tu departamento ese que tenes...
Pablo: Marizza, no nada que ver.
Marizza: ¿entonces reconoces que si tenes un departamento?
Pablo: Marizza, estaba solo...y si lo tengo.. queria mantener a Thiago al margen de cualquier relacion...decidimos con Guido que eso era lo mejor para el.
Marizza: ¿Conchu?
Pablo: Consuelo...es solo alguien que estaba siempre...y ya le dije que no iba a volver a tener nada con ella.
Marizza: yo no te pregunte nada de eso..
Pablo: lo hice porque te quiero,ahora sos vos la que tiene que dejar a su novio y estar juntos...porque -la miro de reojo- es nuestro destino...y no se puede contradecir.
Marizza: -no lo pudo mirar...¿como hacia para decir que todo habia sido una mentira de Mar? ¿y si se enojaba y no queria saber mas nada con ella?
Lo amaba con locura...desde siempre...y no queria perderlo, nuevamente...mejor iba a esperar un poco mas-.
Pablo: Marizza...llegamos....
Marizza: -miro por la ventanilla del auto- ¿acá? Pense que lo habías vendido...como me guardabas tanto rencor.
Pablo: no pude....en este departamento tenemos muy buenos recuerdos ...hice una sala de ensayo...

Una vez adentro

Marizza observaba la sala de ensayo que había instalado, también pudo ver fotos de ellos dos...
Pablo observaba como Marizza analizaba detenidamente cada rincón del departamento.
Marizza: no le creí a Thiago cuando me dijo que lo habías convertido en una sala de ensayo porque para vos era muy importante...
Pablo: y lo es...-la abrazo por detrás mientas corría su cabello dejando libre para sus besos el cuello de Marizza-. Cada momento vivido en este lugar para mi es único...y no los pude dejar ir...por mucho que quería -le dejo varios besos en el cuello-.
Marizza: -se dio vuelta en los brazos de Pablo- ni, yo amor -se acerco a su boca y volvieron a besar con desesperación...mientras que subían las escaleras hacia la habitación.

Una vez arriba....
Marizza: esta intacta ...
Pablo: si...la habitación es lo único que no remodele....esperando que algún día volvieras -dijo con un dejo de tristeza-.
Marizza: pero volví -dijo sonriente a la vez que se colgaba de su cuello y lo besaba sacándolo de sus tristes pensamientos-.
Pablo: promete que nunca mas te vas alejar de mi ...
Marizza: nunca mas...ni vos tampoco.
Pablo:-la tomo de la cintura apoyándola contra la pared- te lo prometo mi amor-y luego la beso apasionadamente mientras una mano de Pablo comenzaba a tocar la piel de Marizza por debajo de su remera. Después de tanto tiempo, ahi estaba esa sensación de estar compartiendo un momento único, mágico.
Pablo: Estas segura?
Marizza: !segurisima¡ -Imite lo que dije en nuestra primera vez y sentí  sus labios sobre los míos, supe que se había acordado al igual que yo. Aquel momento se recordaba en mi mente una y otra vez.

Pablo pasó sus manos por la parte baja de su espalda, sus ojos azules bajaron la mirada a sus labios, bajo su cara besándola pero se separo creando un camino de besos hacia su cuello. Marizza se estremeció cuando Pablo le lamio el cuello.
Se entretuvo un rato allí mientras que sus manos subieron a su espalda . Se separo de ella, poniendo sus manos en los hombros mientras la giraba. Algo confundida Marizza se giro sobre si misma quedándose frente del espejo. Marizza se observo a sí misma con Pablo detrás de él mirando hacia ella quitándole la remera y luego el jeans que cargaba. Pablo levanto la mirada hacia el espejo las pupilas se le dilataron al ver la imagen de Marizza solo en ropa interior a través del espejo. Paso sus manos por su cintura acariciando su barriga, al mismo tiempo que bajo su cara de nuevo a su cuello. La mano de Pablo subió hacia el pecho cubierto por el sujetador negro que tapaba sus senos, mientras que la otra mano, bajo al filo de la ropa interior de la joven metiendo sus dedos dentro volviéndola a acariciar a lo que Marizza se apoyo contra él gimiendo.
Pablo: Mira que hermosa eres –le susurro – Abre los ojos – le ordeno. Marizza nublada por el deseo abrió los ojos para verse en el espejo con la mano derecha de Pablo en su parte más intima y con la mano izquierda acariciaba un pezón con sus dedos bajo el sujetador.

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