"Adicción" | Walance| +18

Capitulo 2

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Actualmente.

Walter se encontraba en su camerino quitándose el maquillaje del rostro al igual que tenía puesta su bata rosa para ocultar aquel vestuario que tanto odiaba usar, eran las 2:23 am de la madrugada, estaba cansado, quería irse a casa ya, Lovey debía de estar preocupada por él y lo sabía, cada vez que llegaba tarde lo esperaba despierta, no quería que su compañera siguiera así, pero Tristan no lo dejaba irse hasta que terminara su trabajo que...en este tiempo solo lo a estado matando lentamente.

—Muy buen show cariño, te luciste~

Una sombra logro verse en la habitación reflejando al hombre en el espejo del chico que solo lo miro con una expresión neutra, aunque por dentro tenía miedo.

—Gracias por tocar.

  Comentó con sarcasmo dejando las toallas húmedas en el escritorio, se levantó para buscar su ropa pero fue detenido por las grandes manos del contrario que lo apego a su cuerpo, cosa que tenso al chico al momento, sabía que significaba eso y no quería que lo tocará otra vez.

—Sabes que tienes que hacer antes de irte ~ —Susurro con coqueteo en el oído del chico besando su cuello frotándose con los glúteos de esté—.

Walter solo se puso tenso aguantando con un nudo horrible en su garganta, se dejó tocar quedando sin su bata en poco tiempo.
Antes de que lo lanzará a la cama se acercó a su escritorio buscando su "distractor" en aquellos momentos, logro sacar aquella cápsula de su cajón disolviendola en licor que tomo como si de agua se tratará.

Tomando esté en poco tiempo su cuerpo comenzó a sentirse acalorado, su cuerpo estaba sensible a cualquier toque y sin duda estaba hambriento de sexo, se dejó quitar la bata y se acercó a Tristan besándose de manera efusiva, desprendiendo pasión, mostrando aquel lado de Walter que solo era visto con esa pequeña "pastilla mágica"

(...)

Verán, Walter desde que llegó a ese lugar no dejo de sentir un objeto sexual, un simple juego, lo que más le dolió en todos los sentidos fue a ver perdido su virginidad con un desconocido, en este caso fue Tristan, quien lo tomo el primer día que lo llevo a ese lugar, desde ahí todo fue dolor para el chico, abuso, tras abuso, su cuerpo era vendido como si no fuera nada, aunque para Tristan era una mina de oro y Walter recibía una gran cantidad de dinero no dejaba de sentirse miserable, los primeros meses fueron un infierno, cada día tenía que acostarse con desconocidos por dinero, a veces era tres veces al día, a penas recuperándose de su dolor ya tenía que complacer a hombres que para el eran más que asquerosos, que lo trataban como si realmente fuera un puta, él nunca lo vio así, comprendía más el trabajo de aquellas chicas, esto le parecía lo peor del mundo.

No había noche que no llorará, que durará horas en la bañera intentando sentirse menos sucio, estaba amenazado, si decía algo iban a matarlo, no podía pedir ayuda y si lo hacía posiblemente ni lo ayudarían, ya había perdido esa fe en ello, cada día se odiaba más por ser tan confiado y no a ver dudado al menos una vez.
Walter cayó en el punto más crítico donde estuvo a nada de tomarse un bote entero de pastillas para dormir y acabar con su sufrimiento pero fue Lovey que logro detenerlo hacerlo caer en llanto delante de su amiga, no sabía cómo iba a seguir trabajando ahí sin sentir asco cada vez que pisaba el lugar, fue así como comenzó a crear la pastilla mágica.

"Extracto de rosas, la escencia y hormonas de los animales en celo, chocolate puro, bastantes pruebas de pastillas para la defuncion eréctil"

Era una receta que por él simple hecho de sus ingredientes le causaba repulsión, no creía que iba a hacerlo pero ya no había vuelta atrás.
Su única oportunidad era esa, debía de servir si no caería en la locura muy pronto y posiblemente Lovey no esté ahí para salvarlo.

——

Había funcionado para Walter, una pastilla que hace que la persona que la consuma sienta un inmenso éxtasis y ganas de tener sexo, dejándolo al control de sus hormonas, con un implementó en pastillas y con una duración de máximo una hora Walter podía trabajar sin necesidad de sentirse mal al hacerlo, pero con lo que no había contado era que esa pastilla se volvió resumen adictiva por sus componentes, haciéndose así una droga para el menor, tomarla en horarios que no le correspondían hacía que su cuerpo cada vez más deseará con más ansias el sexo, cosa por la cuál Tristan aprovecho ver así al chico y le incrementó el trabajo, Walter se encargó de un antídoto o supresor pero estos funcionaban temporalmente, la única manera que tenía para dejar de sentirse era la abtinencia pero con su trabajo era imposible, poco a poco estaba siendo consumido por esa adicción.