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-Es la segunda vez que vienes en esta semana Boruto, incluso haz bajado mucho de peso, ¿Que tanto haces?- dijo con molestia Sumire.

Suspiró resignado al no recibir respuesta. Podía verlo ahí, sentado, con la mirada apagada. Los vendajes que su cuerpo tenía estaban manchados de sangre, seca. Se alejó un momento de él para acercarse a una mesa, donde tomó vendas nuevas.

Con sus manos, pasaba delicadamente algodón con alcohol en las heridas que había, donde se lograba ver que aún no cerraban. El cuerpo de su paciente temblaba con cada roce, para su propia satisfacción podía notar que había hecho un buen trabajo. Ya que había dejado de sangrar, y se notaba la recuperación a simple vista.

Por su cabeza cruzaban miles de pensamientos, como por ejemplo, no tenía ninguna razón para tener esas heridas. O siquiera pasarse por el hospital por voluntad propia. Desde que recordaba, el jamás pisaba aquel lugar por sí mismo. Todo tenía sus razones. Absolutamente todo.

Como su aparente distanciamiento ante todas las personas que existían en la aldea. Lo podía notar a kilómetros. El siempre había sido una persona lo bastante escandalosa como para simplemente ignorarlo. Así que su cambio radical de actitud no había pasado desapercibido por nadie, mucho menos para ella quien desde siempre lo había admirado por su voluntad, por todo lo que el representó cuando hiciera falta.

El miraba el suelo sin ganas, como esperando a que algo sucediera, esperando algún momento, una señal. Sin embargo, no hablaba, nada salía de sus labios.

-¿Ahora tampoco me hablarás a mi?

-¿Qué quieres, Sumire?- dijo sin ganas.

-Te hice una pregunta hace unos minutos- se cruzó de brazos- ¿Que tanto haz estado haciendo?- volvió a insistir.

-Solo terminando algunos asuntos que quedaron pendientes, nada de que preocuparse- dijo serio.

Ella hizo una mueca por la confusión, no sabía para nada sobre a que se refería. Solo lograba atinar con que no era algo sencillo.

-De cualquier manera- dijo levantándose, colocando su chaqueta sobre sus hombros- Probablemente esta sea la ultima vez que te tomes este tipo de molestias.

-¿Por qué... la ultima vez?- preguntó confundida.

El puso su mano en su barbilla, pensativo, digiriendo y eligiendo las palabras adecuadas.

-Ya terminé con lo que tenía que hacer. No tengo nada mas que hacer por aquí.

Antes de que el se alejara, ella lo tomó del brazo, impidiéndole avanzar. Por poco se le escapaba ese tema tan importante.

-Sabes que no fue tu culpa- dijo tratando de convencerlo- Si pasó fue por algo, eres el menos culpable de todo lo que pasó. Hiciste lo que pudiste.

-Pude hacer más.

-También haz estado evitándola, ¿No es así?- el no dijo nada, solo miró hacia una ventana, tratando de alejar esa pregunta, asimismo alejando la respuesta que para ambos era bastante clara.

-Seguramente ella me odia.

-Mas que odiarte debe de estar triste- dijo apenada- Haz estado evitando a todo mundo desde entonces, incluso a ella, ¿Como mas va a sentirse?, quizá si hablaras con ella...

-No hablaré mas de esto, Sumire- se soltó de su agarre de mala gana.

No podía entenderlo, y no lo haría jamás, ella no había visto morir frente a sus ojos a personas importantes en su vida, sin siquiera  poder hacer algo. Ella estaba consciente que ayudarlo sería una completa odisea, y la indicada para aquella tarea, era alguien más.

Retry AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora