183 DÍAS DE SODOMÍA | YOONMIN.

03.

El lector a este punto debe seguir confiando en que probablemente esta obra nos es la gran cosa. Es parte de este experimento. El humilde lector que me está leyendo en este mismo
momento, le pregunto, ¿entraste acá por curiosidad? Muy probablemente la respuesta sea sí y en ese caso mi pregunta parecería absurda. Supongo que quizás que sea una obra más
"exclusiva" alimenta más aquel deseo.

Si no me equivoco, yo misma he advertido de la delicadeza y morbo de esta obra, sin embargo, estás acá humilde lector. Déjame hacerte una sencilla pregunta. ¿Estás acá por el
erotismo o por querer ver el terrible morbo de tu mente y conocer lo más enfermo? Supongo que si tu respuesta es la primera, no estarás decepcionado. Si tu elección fue la segunda, tampoco estarás decepcionado. Si elegiste ambas, eres un total desquiciado. Bien entonces, mi trabajo será complacerte y
seducirte. ¿Quieres erotismo y que te narre con lujo de detalle cada acto terriblemente sexual?

Lo tendrás.

¿Quieres que te narre las más horrendas parafilias y la enfermedad pura guiada por el instinto animal? ¿Quieres algo asqueroso y morboso?

También puedo dártelo.

No puedes elegir una sin que termines topándote con la otra.
Para este capítulo, querido y humilde lector, te recomiendo que inhales profundo y sencillamente de desconectes. Este libro es un secreto, nuestro secreto, ¿recuerdas? Nada de lo que pase aquí debe saberlo nadie tuyo cercano a menos que así lo desees. Mírame a mí, escribiendo tales barbaridades aun sabiendo que gente que me conoce va a leerlo, ¿peor y
qué? Esta obra no solo se ha creado con el objetivo de excitar al lector que ose tomarla, sino restregarme en lo profundo de su mente y darle un buffet de extrañezas. ¡Como un circo!
Muchos actos se harán presentes en esta obra y libremente podrás opinar respecto a ellos.

¿Te ha gustado el acto? ¿Lo intentarías? ¿Lo ha cautivado, perturbado o excitado?

Muchos ñacá son espectadores de este circo de actos sexuales y horrendos. Bien pues pregunto yo, ¿se atreve el observador a admitir en lo profundo de su ser que le gusta lo que ha visto? ¿O bien se designará aferrado a su moral y verá que es totalmente incorrecto? Porque es
completamente válido también.

Trataré de no alargarme querido lector, perdóname de antemano. Esta es tu primera función del extraño circo de parafilias, placeres y sin duda anécdotas grotescas y morbosas que te sacudirán la mente, harán estremecer tu cuerpo y quizás el que abandones corriendo esta lectura. En ese caso, habré hecho un buen trabajo y la purga comenzará a tener éxito.

Bienvenidos a la lectura roja.

¿Conoces a alguien que también la lea? Son anónimos ahora, aún si se conocen, todos aquí somos sombras.

Son mis sombras.

Jimin aquel lunes se encontraba sumamente ansioso y como bien habían sido las reglas de la casa, después de asearse bajó a las ocho de la mañana a desayunar. Se sirvieron
extravagancias de las cuales muchas Jimin ignoraba y sin embargo, le resultaba curioso cómo es que podrían servirle tanto viendo su diminuto cuerpo. Aun así, por respeto, comió todo lo que le ofrecieron pese a que se sentía a punto de reventar al final.

Los sextillizos mantenían una postura más bien distante entre todos. Jimin los examinaba en silencio, juzgándolos y haciendo al mismo tiempo cumplidos como su gran belleza, su elegancia, educación y  cantidad de atributos físicos que le hacían atrapar su labio inferior entre sus dientes sin pena alguna.

A las nueve cuando volvió a asearse supo que había comenzado a trabajar. Era de Min Yoongi ese día. Si deseaba follarlo allí mismo, podía hacerlo. Jimin se había acostumbrado
a todo: desde que le eyacularan en la cara hasta que le orinaran también encima. La extravagancia de los clientes era sublime inclusive, muchos tan... extraños.