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En los pueblos habitualmente existen senderos, muchos de ellos con desvíos a partes lejanas del bosque a zonas desconocidas, pues muchos habitantes temen de los interminables árboles observadores, de las lechuzas silenciosas que vigilan en la oscuridad y la sofocante soledad, cualquiera perdería la cabeza si lo desconoce, más no un solitario alfa, hijo de una difunta pareja de ancianos, él ha crecido entre esos desvíos, sus veintitrés años se basan entre ese confuso bosque, ya que sus padres habían ido hacia allí con el propósito de nunca ser descubiertos al ser una pareja homoparental, ser exiliados por el gobierno significaba no ser recibidos en ningún otro lugar, o peor aún; la horca, decidieron escapar y darse por muertos, para no ser encontrados nunca junto a su inocente cachorro, Kim NamJoon es su nombre.

Gracias a eso, creció en la palabra completa de amor, cariño, confianza y respeto, sobre todo libertad, pero conforme los años y la despedida de sus padres cuando tenía diecisiete, poco a poco el bosque comenzaba a tragar cada uno de sus sentimientos hasta perderlos en las corrientes de los riachuelos.

Vivía desde entonces en completa soledad.

Algunas veces hablaba con los árboles, esperando las siguientes estaciones del año, preparándose para cada una, conseguía suficiente comida en los huertos de su casa, en el bosque otras veces y pescado en un río cercano.

Una rutina similar a la de un granjero que vivía por hacerlo, sin una motivación, un sentido que hiciera que sus mañanas valieran realmente la pena o que sus noches fueran de sueños placenteros. Su pobre lobo comenzaba a resignarse, se escondía y dormía durante días. NamJoon comenzaba a preocuparse pero no podía hacer nada más que liberarlo y correr durante las noches lechosas.

Como todas las tardes luego de cortar algunos troncos y poner algunos en pila en su pequeña carretilla improvisada, se llevó unos cuantos a su cabaña, donde la viva llama de su horno se expandía por los palos, NamJoon se sentó en una silla, observando la destellante luz amarillenta, esperando la noche para conversar con la madre luna, su compañía más cercana.

Desde lo lejos, los observadores pinos le susurraban a los cerezos, estos le hablaban a los agresivos riachuelos hasta llegar a los robles más sabios y viejos, que escondían entre sus extensas ramas una pequeña cabaña, desde sus circulares ventanas se podía ver perfectamente la sombra proporcionada por luz de las velas, el calor por el vapor de una olla de comida preparándose saliendo por la chimenea. Dentro estaba un brujo desconocido por la gente, escuchando el murmuro del roble.

Sus cejas se alzaron en sorpresa, ladeando el rostro, acariciando a su vez su mentón con delicadeza.

ㅡCreo que le daré una visita a un viejo amigo.

Dijo entusiasmado corriendo a tomar su ropa, la más abrigada que tenía junto a sus guantes y un gorro de algodón que lo cubría hasta la orejas. Le dio una última mirada a su casa antes de que las ramas de los árboles la cubrieran para ocultarla del ojo humano.

A paso tranquilo entre la nieve y el canto del viento que intentaba volar su gorro, llegó después de la puesta del sol a un castillo de hielo, afuera de este habían dos osos pardos merodeando ante cualquier peligro, saludó cordialmente a cada uno por nombre.

Se acercó a la puerta y dio dos pequeños toques, dándose pasó cuando la gran puerta de pino se abrió, enviándolo por un extenso pasillo adornado de eucalipto, sus pasos iban resonando hasta dar con una gran sala, ahí se encontraba un hombre robusto cubierto de ropas elegantes blancas y azules, en su mano izquierda sostenía un bastón similar a un cetro, a su lado estaba una mujer vestida de rojo y flores silvestres, su vestido cayendo con gracia desde sus hombros descubiertos hasta sus tobillos, rodeada de algunas aves cantoras.

ㅡ¡Padre invierno! ¡Madre primavera! Es un placer verlos nuevamente en este día.

La mujer de piel canela sonrió en su dirección, estirando su mano para tocar su mejilla ㅡHoseok, que agradable verte, ha pasado un tiempo desde la última vez.

ㅡYa lo creo, ¿la primavera se adelantó este año acaso?

Antes de que la mujer dijera algo, la voz gruesa del más anciano interrumpió su respuesta ㅡ¡Me da tanta tristeza, Hoseok! Aunque dejé una buena nevada en las regiones de los Buleron, la escarcha comienza a desaparecer poco a poco, es una pena.

ㅡEs mejor ir preparándose padre invierno, el norte lo está esperando.

Rechistó primavera.

ㅡPero querida roja, este año la temporada ha sido muy corta, casi no pasé tiempo con mi hijo.

La mujer de piel morena se acercó al padre invierno, dirigiendo su mirada a dónde el viejo hombre lo hacía, pues sobre una acolchada cama dormía un pequeño copo de nieve, rodeado por una burbuja de escarcha, a simple vista podía confundirse con un cristal sumamente frágil.

ㅡ¿No se ha transformado?ㅡ Preguntó Hoseok, con curiosidad se acercó, indagando detrás de la espalda del hombre, que le ganaba de altura por tres cabezas y media.

ㅡAún no, me temo que tendré que esperar un año más.

ㅡHan pasado veinte inviernos, sigo creyendo que este no es un lugar para él, me da tanta angustia verlo alejado del mundo.

ㅡ¡Aún no está listo querida roja! Puede lastimarse o retrasar más su procedimiento.

Ambos seres comenzaron una discusión sobre la transformación del pequeño copo de nieve que flotaba con delicadeza dentro de la burbuja, tenía flores silvestres debajo y una que otra rama aromática. Recuerda perfectamente que tiempo atrás, cuando el otoño estaba en su último atardecer, se dio la noticia de que había un nuevo integrante en la naturaleza, pues se trataba del hijo de invierno y de primavera, ambos habían puesto un poco de cada uno, utilizando magia para la creación de su hijo, pero, lastimosamente no era suficiente para el primogénito, algunas veces daba indicios de querer tomar una forma humana o parecida a los líderes de la tierra, sin embargo solo eran pequeños destellos.

Hoseok pensó, más bien rebuscó en sus memorias los libros y el conocimiento heredado, la creación de un ser necesitaba algo que aquellos dos no poseían.

ㅡPadre invierno, madre primavera, déjenme ayudarlos con la transformación de su hijo, según mis escrituras él necesita amor, un amor que ustedes no pueden otorgarle, más allá del fraterno. Conozco a alguien, puede ayudarlos.

ㅡ¿De quién se trata Hoseok?

ㅡEntre nosotros habita un desolado alfa que comienza a marchitarse, él puede cuidar de su hijo, es un hombre fuerte y lleno de valores.

El hombre desvío la mirada, frunciendo su entrecejo ante las palabras del alfa, llenas de sinceridad ㅡ¿Podemos confiar en él, Hoseok?

ㅡPor supuesto, yo personalmente estaré vigilandolos, solo deben confiar en mi y ante cualquier indicio de peligro, no dudaré en traerlo de vuelta aquí.

ㅡLlévalo Hoseokㅡ La morena sostuvo sus manos, con una cálida sonrisa en sus labios. ㅡQuiero que mi hijo pueda ser feliz.

꒰ ❄️ ꒱


hi, este es un nuevo mini fic, inspirado en el cuento ruso La Doncella de Nieve, espero que le den mucho amor y lo apoyen, también que me tengan consideración ya que es mi primer omegaverse, espero que sea de su agrado y tengan una lectura cómoda

-290721-

Snowman ꒰❄️꒱ NamJin [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora