- ¿Estás segura de que quieres ver esto?.
- No sería la primera vez que veo algo así, ¿Te preocupa perturbar mí inocencia?.
Pyke guardó silencio por un momento. Su semblante era el mismo de siempre, imperturbable - ¿Qué crees que es lo que vamos a hacer?.
- No lo sé, vamos a esperar a unos desconocidos; tú les preguntarás sus nombres, ellos te los dan y tú dices "estás en la lista" y luego les metes esa lanza por la garganta. ¿Me faltó algo? Ah, cierto, tachar los nombres de la lista.
- No es una lanza, es un arpón.
- Lanza pequeña con una cuerda, sí.
Nami asomó la cabeza por la superficie del agua. Era una noche fresca y había una capa de neblina espesa alrededor del puerto, a pesar de eso el cielo podía apreciarse con claridad, la luna llena se alzaba brillante, rodeada por una nube de agua que anunciaba lluvia. Nami volvió a sumergirse hacía las profundidades.
Bajo el agua se lucía un escenario completamente diferente. Varias especies de peces carnívoros y tiburones pequeños nadaban a su alrededor, atraídos por la luz que irradiaba el báculo de las mareas, también una que otra rata del muelle se empeñaba en intentar mordisquearle las aletas.
Mientras más se acercaban al Muelle Rojo más rojas se tornaban las aguas y más putrído era el olor, incluso las ratas parecían arrugar la nariz ante la pestilencia.
Pyke llevaba la marcha, unos metros por delante de ella. Siempre le resultó extraña la manera que él tenía de nadar, movía su cuerpo de un lado a otro como un tiburón, era tan antinatural que resultaba divertido de ver, aunque nunca tuvo el valor de reírse en voz alta, suponía que podría llegar a ofenderle por ello. Lo peor es que aún y con todo el chiste él nadaba mucho más rápido que ella.
Se habían acercado a tal punto del muelle que el olor ya resultaba penetrante, hasta al estomago más curtido le darían nauseas... A menos que seas Pyke claro, envidiaba un poco lo poco que le afectaban los olores desagradables del muelle, no estaba segura si era porque estaba acostumbrado o si era porque no fuera capaz de percibirlo ¿Los espíritus tenían sentido del olfato? Seguramente lo tenían, si eran capaces de escuchar, ¿por qué no serían capaces de oler?. Un chapoteo devolvió a Nami a la realidad, Pyke había salido a la superficie, eso significaba que habían llegado, o al menos estaban lo suficientemente cerca para ir a pie y dejar de nadar en agua podrida.
Bien, hora de salir.
Nami conjuró las aguas a su alrededor y una estela mágica rodeó su cuerpo brevemente. Aunque la transformación era un proceso rápido e indoloro, no dejaba de ser incómodo, un viejo truco Marai que pocos mortales conocían. Para su suerte su cuerpo no se sometía a un cambio de aspecto exagerado, se seguía sintiendo como ella. Conservaba la mayoría de sus escamas; sus orejas puntiagudas; sus garras; las aletas de sus antebrazos y su cola se veía reducida en tamaño para dar lugar a un par de... ¿piernas?, ¿O era patas?, ¿Garras? En fin, allí estaban y podía caminar por la tierra igual que cualquier humano con ellas... se sentía raro.
Recordó la primera vez en que lo habia hecho, habia resultado en un hecho caótico. La primera vez que Nami habia visto humanos, o Trotatierras como los conocían en el mar, se había preguntado por qué cubrían sus pieles bajo las pieles de otros animales. Una de las Marai más ancianas, quién ya había tenido experiencias con humanos, le dijo que se cubrían para protegerse. Tenía sentido que lo hicieran por ese motivo, ya que ellos se lastimaban con mucha más facilidad que las criaturas marinas. Más tarde descubrió que también parecía avergonzarles andar sin ropa, y eso no tuvo sentido para ella... hasta que entendió el por qué. Resulta que cuando eres un pez y tu cuerpo consiste en escamas y aletas no te preocupas por usar ropa ya que no sientes frio y no hay nada a la vista. No es hasta que tienes un par de piernas que te percatas de que todo está terriblemente expuesto... Y todos te miran con una mirada extraña... Entonces te das cuenta de la importancia que tiene llevar un par de prendas mágicas de aguas espectrales (gracias Pyke, es un excelente truco).
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Cacería Nocturna | Pyke x Nami | 𝑳𝒆𝒂𝒈𝒖𝒆 𝒐𝒇 𝑳𝒆𝒈𝒆𝒏𝒅𝒔
FanfictionLas noches en Aguasturbias eran mucho menos seguras que el día. Es moneda común encontrar uno que otro cadáver flotando en las aguas al amanecer, con los bolsillos vacíos y la garganta cortada. La noche suele ser la hora favorita de los depredadores...