— Hola, Susie ¿Qué se supone que está tratando de decirle?—Hablo en voz baja. —
— Hola, Alice. Se le va a declarar a él chico que le gusta —dijo Susie sin quitarles los ojos de encima con una pequeña sonrisa. —
— Que valiente —añadí.
Por suerte no me equivoque ya sabía cómo eran las declaraciones de las chicas, era curioso porque yo en mi vida no me había declarado, es más, no había dado ni siquiera mi primer beso, pero daba consejos de amor como si ya tuviera experiencia de sobra de ser amada con locura por alguien, sin embargo no le quite los ojos de encima a este chico hasta que hizo su cara de confundido por no entender absolutamente nada de lo que le dijera la chica. Sentí pesar por ella y solté una pequeña risa por esta situación tan vergonzosa, una ''declaración'' me parecía algo tonta. Es que digo, cuando sientes algo por un chico se lo dices así sin más, sin pensarlo, no tartamudeas y empiezas a actuar como una niña infantil.
A penas solté esa pequeña risa me volteo a mirar, nos miramos solo por un pequeño momento, pero él lo daño porque se despidió y se fue.
— Hey, has silencio —Moleste un poco a Susie por la risa, pero no me importo.
Comencé a preguntar como era su nombre, quede con una pequeña intriga, quería saberlo para mirar quien era él. Las chicas solo me bombardeaban con tantos nombres al azar que no sabía cuál era en verdad; George, Sebastián, Michael, Nicholas... fueron algunos de los nombres que me soltaron...
— Chicas basta...Si quieres saber su nombre, se llama Phil —Me respondió una de ellas.
— ¿Y su apellido? —Respondí con un poco de ansias.
— No lo sé, tampoco concedo deseos —Respondió negligentemente. La mire seria.
De alguna manera obtuve su nombre pero quede insatisfecha porque me faltaba su apellido, era obtener una información a medias. Solo agradecí a la chica y me despedí de todas, decidí irme a mi casa y escribirle a mi amiga para que dejaríamos las bebidas para después.
Cuando llegue a mi hogar solo me dedique a terminar mis tareas sobre geometría y geografía para el día siguiente hasta que anocheció. Mire mis redes sociales y pude recordar el nombre del chico nuevamente, lo busque, pero no aparecía tan fácil mágicamente.
Mi Facebook me leyó la mente, me coloco en sugerencia de amigos a Susie Reich y busque entre sus amigos y ahí apareció, Phil Frank Morrison Colfer, sin dudarlo le envié la solicitud con esperanzas que en algún momento la respondería. Me sentía mal, no quería que pensara que me había burlado de él propiamente. No acaba de mandar la solicitud y en menos de nada recibí la respuesta de inmediato, me emocione un poco, sin embargo también de la emoción me bloquee porque no sabía cómo hablar con él, cómo iniciar la conversación, lo único que se me ocurrió fue hacer mención del día de hoy, pero su respuesta fue ''estoy acostumbrado a este tipo de personas''. Debí suponerlo, un chico como él...para ser realista, cualquier tipo de chica le hablaría porque parece un imán por su físico que atrae, no me centre en eso por completo.
Aquella noche fue estupenda, compartimos un par de cosas que a decir verdad no pensé que él conocería de esa manera, fue tan ''cómoda'' la conversación, estaba sorprendida y aun emocionada. Así fueron pasando los días que preferí por un momento guardar el secreto a mis amigas y no contarlo tan de repente, quería hacer una pequeña prueba y ver qué pasaba el resto de días, tampoco quería idealizarme con una persona como Phil, era algo imposible después de todo.
Nos fuimos conociendo cada día más hasta que me conto minuciosamente su atracción hacia la física y yo de alguna manera le compartí mis pequeñas pasiones, el amor por la música era una de ellas. Le dije que por ahora solo cantaba, le explicaba que aquel pequeño don no trataba de sacarlo a conocer tanto, me parecía ser modesta resaltar que cantaba bien, pero si aspiraba aprender a tocar un instrumento en específico, y ese era el piano.
De tanto hablar todos los días me acostumbre a él, sin haberlo pedido comencé a sentir una bonita conexión. Todos los días había un tema el cual abordar y bajo mi perspectiva no me cansaba de hablar con él, siempre me sorprendía con sus respuestas, pero ¿qué podía esperar? Estaba hablando con un chico que le encantaba la física, que sabía de qué manera responder ante cualquier cuestionamiento que le pusieras enfrente, y entonces ahí fue cuando me enseño algo que jamás olvidare. No esperaba que me enseñara el saber argumentar, a veces era un tanto perezosa para responder que solo decía porque si a las cosas o porque no, debo reconocer que no era tan ''tímida'' pero a veces no me salían las palabras tan fluidamente.
Phil me propuso argumentar sobre uno de sus físicos favoritos, Albert Einstein, de tanto hablar surgió el tema de la gran bomba atómica que mato a millones de personas en la segunda guerra mundial, y a pesar de que Einstein era un genio, consideraba que la había inventado o por lo menos así lo tenía entendido, aunque no iba en contra de Einstein, sin embargo Phil me hizo entender que Einstein solo había hecho un pequeño aporte y que un señor llamado Robert la había inventado como tal, esto tal vez parezca un poco tonto, pero me ayudo a entrar en ese mundo en el cual puedes aniquilar a alguien con argumentos y dejarlo sin palabras, sin decir ninguna vulgaridad, solo con argumentos que fueran más fuertes que cualquier cosa.
Supongo que así comenzó todo, ese bonito mundo de aprender el uno del otro, era la primera vez que aprendía de alguien diferente a mí con solo hablar. La primer vez que vi a Phil no pensé que le gustara la física, supongo que lo llegue a subestimar y por mi mente no se cruzaba que él pensara de esa manera ya que la física no es para cualquiera, es para alguien que sepa entenderla, que siempre tenga un poco de razonamiento para las diversas situaciones que se les presenta y conseguir alguna solución pronta es una ciencia, es un poco compleja de comprender pero él me dejo con la boca callada.
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TWO HEARTS (EL COMIENZO)
RomancePoder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces. -Marco Valerio Marcial