La niña se despertó en un lugar oscuro, sin luz alguna. Le tenía miedo a este lugar ¿Donde estaba?
Hasta que vio allí a la persona que más quería.
"¡Abuelo!" Grito la niña.
"¡Abuelo!" Volvió a gritar cuando se dio cuenta que no la escuchaba.
"¿Porque no me ves abuelo?" Sentía un dolor en el pecho, una presión, algo que la estaba lastimando por dentro.
Estaban separados, pero no sabían porque estaban así. Una pared no era, ya que se podían ver, ¿Un vidrio? Era imposible podían tocarse.
La niña trato de ver que pasaba hasta que despertó, otra vez, pero esta vez estaba en su cama. Se fue hasta el cuarto de sus padres, estaban durmiendo.
"Papi, Mami" Los intento despertar, los padres se quejaron y trataron de volver a dormir pero la niña no se iba a quedar con la duda.
Lo volvió a intentar.
"Papi, mami despierten"
"¿Que pasa hija?" Respondió su padre.
"Tata esta mal, tenemos que ir a verlo"
"Claudia, creo que esta alucinando otra vez" Hablo el padre.
"No estoy alucinando" Susurro la chica.
"Cariño, tu no entiendes esto, José, pásame su medicamento"
"Pero ya tome mi medicina, no quiero mas"
"Tienes que tomarla amor" Hablo la madre cansada, como siempre, ya que era normal que fuera así con su hija.
La niña negó y su madre le dio el medicamento a la fuerza.
José la llevo a la cama y se volvió a dormir.
Después de mirar el techo, todo se volvió negro.
Se volvió a despertar pero esta vez, ya no estaba en su cama.
Parecía un hospital o, mejor dicho, era un hospital.
Pero no estaba en una camilla, estaba en la puerta de una habitación.
Entro y se encontró con su abuelo, parado en frente de una camilla.
Pero lo vio de espalda. Cuando se acerco a ver quienes eran las personas que veía, eran ellos mismos.
Ella en la camilla de la izquierda y el en la de la derecha.
Vio a sus padres llorar y ramos de flores por toda su habitación.
"Tenemos que irnos" Hablo el Abuelo.
"No quiero, me quiero quedar con ellos" Dijo la niña
"No podes pero tranquila, se volverán a encontrar" La niña no entendió y el abuelo volvió a hablar mientras empezó a caminar afuera de la habitación.
"Así como nosotros nos vamos, ellos se Irán, al mismo lugar que nosotros, solo que ellos tienen mucho más que vivir"
"Igual que tu, solo que tu tuviste problemas que te trajeron antes, conmigo, y yo..." suspiro y volvió a hablar "Ya estoy viejo y cansado, no puedo seguir ahí"
"¿Sabias algo?" La niña negó.
"Vos me encontraste antes, solo que no te podía ver porque tu aun estabas despierta, mi espíritu te estaba esperando"
La niña asintió y le sonrió a su abuelo para seguir caminando sin fin.
Hasta encontrar un lugar donde sus espíritus por fin descansarán en paz.
