Prologo

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El infierno no era un lugar como la mayoría imaginaba, los demonios tenían una sociedad semejante a la humana, con autos de lujo, empresas, casas, restaurantes, edificios, mansiones, hospitales, centros de estudio, clubes nocturnos al igual que deportivos, teléfonos altamente avanzados y entretenimiento de cualquier tipo. Konoha era uno de los innumerables reinos del averno. 

Lo que si carecía el infierno era de reglas, evidentemente las tenia, pero lo que a la luz del día en el plano humano era considerado como crímenes, allá eran actividades completamente normales, incluso legales. Drogas, alcohol y maltratos de cualquier tipo eran el pan diario para los condenados.

Estar en el infierno era caminar entre la inmundicia, una mujer hermosa podía fácilmente ser violada entre callejones sucios y oscuros por varios hombres para posteriormente ser estrangulada y nadie buscaría culpables, tampoco justicia ni mucho menos alguien sentiría  lastima por ella. Ningún demonio sabia a donde iban las almas si morían en ese lugar, algunos lo llamaban la "muerte final" y curiosamente no temían de ella, al fin y al cabo sus esperanzas fueron drenadas cuando murieron la primera vez y la miseria seguía manteniéndose en su nueva vida. 

La sociedad en el infierno era un caos si, pero había algo realmente "maravilloso" a lo que mucho aspiraban llegar de alguna forma u otra, eso por supuesto era los "grandes clanes".

Los llamados grandes clanes eran familias milenarias de demonios nacidos en el infierno, todos les temían y respetaban ya que tenían la máxima autoridad después del rey del averno, incluso se creo una especie de cuerpo policial que pese a que poseían eficacia y una fuerza aterrdora, no eran mas que un chiste, solo cuidaban que los grandes clanes no sufrieran algún tipo de atentado ni se vieran afectados de ninguna manera, básicamente mantenían a la población a raya, dividiendo a los pobres de los ricos. 

El infierno anualmente sufría constantes exterminios comandados principalmente por el rey del averno, las almas pecadoras eran tantas que abarrotaban el lugar destinado por dios para los demonios y pecadores, así que una manera fácil de mantener todo controlado era eliminar cualquier ente vivo que se atravesara, esos días eran peligrosos y casi siempre desiertos, solo salían por ahí los que querían desaparecer de ese lugar de una vez y a veces no se les daba el lujo, como un burlesco castigo, estar ahí siempre era un castigo.  

No importaba cuanto te escondieras, la policía, los principales encargados de llevar a cabo el exterminio en masa siempre te iban a encontrar. Muchos territorios quedaban vacíos y habían constantes guerras para obtener el pedazo vació de terreno, sin embargo estos siempre quedaban destinados para los altos mandos quienes  intentaban mantener una grácil y sospechosa armonía entre ellos.

Tenías que ser muy fuerte para sobrevivir a ese lugar y Hinata Hyuga ciertamente no lo era. Era una mujer humana, hermosa y exótica (aunque ella misma no lo creyera) durante su primer día en el infierno tuvo que esconderse dentro de un contenedor de basura ya que los ojos de muchos se ensancharon solo al verla, la persiguieron y buscaron alegando que querían un "pedacito de ella".

Viviendo casi como una indigente fue encontrada por Sasuke Uchiha, él la llevo a un lujoso burdel que mas bien era una mansión de primera, le había dado una charla de lo muy cruel que podía ser el infierno con mujeres frágiles como ella que claramente fueron condenadas injustamente y finalmente le ofreció trabajo como prostituta. Ella sintiendose escandalizada y con miedo iba a negar la oferta, ni en su vida como humana se había rebajado a tanto, él solo le contesto que la protegería y ni siquiera estaría sometida a estar con quien no quisiera, por muy adinerado que fuera. Ante eso Hinata acepto luego de tomarse tiempo para pnesarlo, evaluando los pros y contras, no quería ser un objeto de maltrato en un lugar en donde harían lo que quisieran con ella, tener protección era una fortuna que no muchos condenados tenían.

Escapando del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora