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Pov Hyungwon.

Seque el sudor de mi frente con el dorso de mi mano, el sol estaba en su pleno apogeo y el sombrero que alcanzaba a cubrir mi rostro no evitaba que el calor lo traspasara en lo absoluto, me levanté sólo para ver feliz el huerto frente a mi.

No podía estar más orgulloso de mi mismo, Changkyun lo había mandado hacer sólo y exclusivamente para mi, en un principio pensé en lo que plantaría, pese a que me inclinaba mucho por la flores opte por los vegetales, zanahoria, lechuga, entre otros, eran mi motivación para levantarme temprano todas las mañanas, desde que salí de que aquella mansión que hasta el día de hoy producía en mi pesadillas los Son, al igual que los Lee, hicieron  que por fin perteneciera a un lugar, así que casi no me permitían hacer mucho, el peso de todos aquellos años desató a un dormilón Hyungwon y en consecuencia un sobrenombre.

— ¡A comer tortuga! —y allí estaba, no era un hombre lento pero cuando estaba con sueño el mundo lo percibía menos rápido. Sacudí mis manos, quité los guantes y los dejé a un lado, diariamente revisaba mi huerto para verificar que todo se encontrara bien.

La casa de los Lee era ostentosa, lo suficientemente grande como para que vivieran tres familias y con terreno como para realizar festejos de grandes multitudes, me hacía feliz que mis amigos fueran tranquilos, aunque no siempre fue así. La paz de algo que siempre añoré más que a nada en estos momentos la estaba viviendo, claro que había alguien que desencadenaba un caos absoluto en mi mente.

— ¡Ya estoy aquí! Espero que hayas preparado un buen almuerzo perra —mi sonrisa desapareció cuando entre por la puerta de la cocina, siendo sustituida por un ardor en las mejillas y una vergüenza total. Shin Ho Seok estaba sentado en la isla de la cocina, tenía el cabello corto, no tanto como para ser un corte militar pero si como para intimidar y más al estar vestido con pantalones de lana grises deportivos, una camisa negra casi ceñida al cuerpo y unos zapatos de correr del mismo color, sus manos cubiertas por guantes sin dedos, me incline en modo de saludo, él sin levantarse me devolvió el gesto.

Pase directamente al grifo para lavar mis manos, yo sólo quería meter la cabeza en la tierra como los avestruces, Changkyun lo hizo a propósito estaba absolutamente seguro de ello, me encontraba sudado con la camisa pegada al cuerpo y un poco pegostozo, mi short no era ni siquiera por encima de la rodilla ¡Estaba 5 cm por debajo de mi trasero! Mis rodillas cubiertas de tierra, en estos momentos soy la definición de asco. Inevitablemente me senté en dos sillas alejadas de Hoseok apartando la cara con leve vergüenza. Estaba tan guapo el día de hoy, me sentía como una colegiala viendo a su ídolo favorito, mis mejillas ardían.

— Toma cariño, iré a ver al bebé —un tazón de fideos humeante había sido puesto frente a mi, trocitos de carne se podía divisar entre el caldo, al igual que verduras, realmente se veía delicioso, agarre los palillos de metal y los metí dentro, al sacarlos los sople un poco para después llevármelos a la boca, solté un gemido de gusto, Chang realmente mejoró en la cocina, no había dudas acerca de eso.

— ¿Está delicioso? —mire a mi acompañante y asentí varias veces, no era de comer mucho pero realmente sabía como disfrutar un plato de comida. Agarre un poco de los fideos y se los puse cerca de su boca con una mano debajo de ellos para que no se derramara en el suelo, el corazón me latía rápido, sus mejillas tomaron un ligero color rosado y negó— no, es tu comida, come tranquilamente.

— Que sea la primera y última vez que me rechaces un ofrecimiento Wonho —dije calmadamente pero estando un poco ofendido, acerque los fideos los sople y luego los puse cerca de su boca, este apenado finalmente abrió la boca para comerlos, sonreí complacido— ¿Ves?

— Wow, Changkyun a mejorado con la comida —asentí varias veces, le daba completamente la razón, Minhyuk cocinaba horrible así que mi pequeño lobo se las había arreglado para cocinar, ya que no quería que contrataran a una persona para hacerlo, yo había sido entrenado para muchas cosas así que era diestro en la cocina, nunca estaba de más enseñarle, siempre vi correcto de convertir algo malo en bueno, quizás nuevo y útil— ¿Qué te gusta cocinar?

Fruto Seco.³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora