Los rayos de sol golpearon mi cara, eso me despertó, el movimiento de la tarde y el ruido de los autos. Sin contar que estaba acompañado de un intenso dolor en mis brazos el cual solo intentaba ignorar mientras me dirigía a la ducha.
Al bañarme lentamente escurría el jabon junto al agua y acariciaba mis tensos músculos sin contar los notorios moretones, resistía el dolor que la ducha me causaba a mis heridas abiertas, las cuales veía con leve deseo por su significado.
Esta madrugada volvería a estar en aquel trabajo, estaba ligeramente emocionado, pero al mismo tiempo asustado, asustado de la costumbre que esto comenzaba a hacer de mí.
Sali del baño y seque mi cuerpo mientras veía mi cara en un espejo, el reflejo cada vez era menos real, mi cara no soportaba verse a si misma, miraba la hora con ansias después de eso intentado ocultar mi cara con una mano levemente mientras aun estaba usando mi toalla frente mi espejo; me escribían conocidos, mi teléfono sonaba cada cierto tiempo pero realmente solo esperaba un sonido, el de mi alarma.
Mi alarma puntualmente suena a las 7 de la noche cada día de trabajo, la primera de muchas que programaba sin opción a retrasar nada, todo siempre debe ser perfecto, en especial cuando salgo.
Me puse mi vieja camisa, mis zapatos, un pantalón negro, guantes y mi sudadera, me miraba al espejo viendo a los ojos de mi humanidad, la poca que tenía. Estaba tratando de convencerme que no lo haga, podía parar en cualquier noche, en cualquier día, nadie lo sabría.
“Realmente me da igual" Pensé a mis adentros.
Así después de esas palabras cerré los ojos y coloqué esa mascara en mi cara, y al abrirlos al fin mi cabeza se calmó, pude ver con claridad una vez mas, pude respirar una vez, estire mi cuerpo y relajaba mi mente para dirigirme a mí cocina y llenar mi estómago para no sufrir hambre al trabajar.
A las 9 de la noche sonó la segunda alarma, me subí a mi auto apreciando las calles vacías del vecindario, el rudo silencio nocturno se apoderaba de mi mientras encendía mi vehículo.
Acomodé mi mascara para poder sacarla si fuese necesario y fui algo veloz, debía estar allí en 3 horas o menos, era un camino algo largo y difícil, por suerte la música de la radio invadía mi cabeza me dejaba mover por ella y me dejaba reconfortar en esta apacible jornada.
Ya habían pasado unas dos horas, dos horas las cuales estaba pensando, estaba dejándome apoderar por mi lado mas animal para poder hacer mi trabajo, no es algo fácil, siempre se mete en tu cabeza la sensación de vomitar cuando eres nuevo en esto, así que debes alejarte lo mas posible de tus emociones, alejarte mas posible de tu humanidad, por eso prefiero no quitarme esta máscara, cada vez que estoy lejos de mi identidad de civil es cada vez más y más fácil hacer mis tareas.
Al llegar cerca de mi destino suena mi alama de las 11:45 minutos, era la hora de cambiar a el noticiero local, es un placer que uno se da, estar informado, el mundo es tan cruel e inseguro que nunca se sabe cuando algo puede pasar, por eso lo mejor es escuchar a los que van a informar.
La noticia se hoy fue peculiar, creo que todos estaban hablando de ella ese día.
“Este es uno de los asaltos a la supuesta mafia de la ciudad mas brutales; en la tarde del día de hoy se reporto un crimen violento en uno de los edificios mas importantes de la ciudad “El Palacio” de la familia Romano. Fue descubierto dado a que, aparentemente, el jardinero contratado para los arreglos de el acto de la próxima semana “La Danza dei Soldi” al ver que nadie respondía en la propiedad a la hora de la mañana decidido entrar por la puerta trasera para buscar respuestas.
Al entrar se encontró con el horror de uno de los peores crímenes que se han visto relacionados al crimen organizado, se a confirmado el deceso de 19 miembros del cuerpo de seguridad de la familia Romano, brutalmente asesinados, el jardinero describía con exactitud y horror todo lo que vio, y cito.
-Yo apenas entre al lugar no pude aguantar el olor que desprendía, allí me di cuenta de lo que me esperaba adentro, con charcos enorme de sangre en todo el piso, personas abiertas con partes saliendo de ellos, podía ver cómo a uno que le decíamos "El gran Cerdo" inclusive estaba abierto y ahorcado con sus propios intestinos, no puedo creer que alguien siquiera pudo acercarse, hasta creí que era una actuación y no real, pero era solo para intentar calmarme, estaba totalmente frío y después de vomitar un buen rato logre llamar a la policía a reportar el crimen”
La alarma de las 12 suena, apenas paso apague mi radio.
Es una pena lo que les paso a los Romano, y también es una pena los que le pasara esta noche.
Baje de mi auto y lo estacione apropiadamente, mientras sacaba un par de cosas del maletero y me escabullía en los callejones, había estudiado este lugar junto al Palacio varias semanas, era como mi casa, como la palma de mi mano mientras me detuve en seco, nadie esperaría dos ataques seguidos tan pronto, la inmediatez era el arma de esta noche.
Y allí estaba, enfrente de la puerta trasera del Club “Estasi di Venezia” mientras tronaba y crujía mi cuello y mis dedos para poder agarrar un extenso y duro tubo de metal que saqué de mi maletero, acercando mi cuerpo a el de otro maldito mafioso, el cual estaba simplemente distraído, aburrido seguramente.
Me abalancé sobre él y le di un fuerte golpe en la cabeza con el tubo, lo cual lo tumbo al piso, me monte encima de él y le di 3 golpes los cuales sonaban de forma hipnótica, como si estuvieras golpeando la carne para que al momento de cocinarla este más suave, el intento gritar, vi como intento abrir la boca, pero era demasiado tarde, su cráneo había perdido la forma y estaba abierto en la mitad, reventado en un costado haciendo que el rio de sangre brotada y mi camisa olía a su ser, sentía a mi presa, escuchando como si vida se iba junto a un jadeo.
Me levante para ver la puerta que custodiaba, cierra desde adentro, en vez de buscar una llave preferí hacerlo a mí manera me pare enfrente de la puerta, podría oler a las personas dentro, podría escuchar sus gritos, podía escuchar los disparos, la música ensordecedora podía oler mi dopamina.
Y así con mi propio hombro y peso tumbaba puerta para poder entrar al Club para comenzar la noche.
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Dopamina
ActionUn chico que no es nadie necesita llenar su felicidad, la vida y su entorno está en un eterno frío y desastre, solo quiere buscar la Dopamina en lo que necesite, quiere que la gente note que está siendo feliz, quiere que su cuerpo sea uno con la noc...