Fandom: Tsurune: Kazemai Koukou Kyuudoubu
Disclaimer: los personajes no me pertenecen, solo la historia.
Creo que estoy en un aprieto. Ya es entrada la madrugada y Onogi está tocando mi puerta. Este fin de semana, el club de tiro al arco de la escuela Kazemai se está quedando en un hotel por un torneo en otra ciudad, y sería muy malo si alguien viera a uno de los alumnos entrar al cuarto del entrenador a esta hora. ¿En qué está pensando Onogi? El dedicado Onogi que desde el inicio ha estado desesperado en demostrar que puede ser el mejor, que puede aprender rápido y se puede confiar en él. El pobre Onogi que se ha dado cuenta que no es tan fácil como creía. Él que ha buscado que lo mire, que lo reconozca, que le dé un lugar a mi lado como mi favorito; y que se negó a desistir cuando se dio cuenta que Minato ya estaba en esa posición.
Nunca planeé. Sin querer me involucré con la persona equivocada. Mi vida estaba vacía, sin rumbo. Mi tan aclamado talento estaba corrompido por la razón equivocada. No sabía qué quería hacer ni tenía motivación para intentar nada nuevo. Pensaba que, si mi vida terminaba en ese momento, no habría nada que lamentar. Pero quería avanzar, empezar de nuevo. Fue en ese afán de querer cerrar ciclos, un réquiem por mi abuelo y el pasado, que me propuse lanzar 100 flechas diarias en 100 días. Fue ahí cuando lo conocí. Un muchacho de apenas 15 años. Demasiado inocente para su propio bien. Demasiado inocente para mi conveniencia.
Nunca creí que lo volvería a ver luego de nuestro primer encuentro, o que nuestros caminos se entrelazarían tan inevitablemente. ¿Cómo saber que el destino me convertiría en el entrenador del club de tiro de la escuela donde asiste Minato? El mismo Minato que se veía adorable después de caer sobre su trasero, y el mismo Minato que hasta hace unas horas paseaba junto a su novio Seiya explorando el hotel.
Antes de regresar a sus habitaciones, Minato me sonríe y me da las buenas noches. Seiya... solo me mira. Frío y calculador. Me odia. Y tiene toda la razón para odiarme. Él y Minato han estado siempre juntos desde que eran niños, creo que empezaron a salir en secundaria. Pero cuando Seiya quiso cruzar la línea hacia la adultez, la inseguridad hizo que Minato se arrepintiera en el acto. No se sentía cómodo. Estaba demasiado nervioso. Tenía miedo de no ser capaz de disfrutarlo y decepcionar a su amado. La culpa de no sentirse adecuado para ese tipo de relación, provocó varias peleas y su inevitable rompimiento. Así que técnicamente no hice nada malo. No le robé nada. Minato estaba libre y disponible en ese momento. Y él sabe que yo le di la confianza que necesitaba. Lo que él no pudo. Lo que su inexperiencia fue incapaz de transmitirle a Minato. Darle placer.
No lo pensé realmente. No fue mi intención desde el inicio. El niño se me había quedado mirando mientras disparaba mis flechas, alimentando mi ego, pero luego cayó y se lastimó la mano, así que lo invité a entrar para curarlo, sin segundas intenciones. Esa noche traía el brazo fuera de la yukata para mejor movilidad y la verdad no me importa mostrar un poco de piel, pero el niño evitaba mirarme directamente. Era adorable. El poder de la juventud para sonrojarse por tan poca cosa. ¿Cuándo fue la última vez que yo pude sonrojarme de manera tan inocente? Sería bueno volver a ser así de joven y tener todo el mundo por delante.
Me vestí antes de tratar su herida para no incomodarlo. Las ampollas en su mano eran las de un arquero... así que por eso había llegado hasta el campo de tiro. ¿Un fan? ¿Estará en algún club de tiro con arco? Conversamos un poco y pude notar como me miraba de reojo.
-Ya estoy bien vestido. No deberías avergonzarte –le dije sonriendo.
-¡No es eso! Es solo que... pensé que tu forma es hermosa. Tu postura con el arco. La fuerza de tus brazos que lo cogen con determinación, y tu mirada fija en la mira. Pensé que, si fuera mayor, y tuviera un cuerpo como el tuyo, seguramente podría tener una postura tan hermosa.
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Estoy en Problemas
FanfictionCreo que estoy en un aprieto. Ya es entrada la madrugada y Onogi está tocando mi puerta. Este fin de semana, el club de tiro al arco de la escuela Kazemai se está quedando en un hotel por un torneo en otra ciudad, y sería muy malo si alguien viera a...