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El cumpleaños de Taehyung había llegado y no sabia que mierda darle. 

Había pensado en todo, absolutamente todo lo bonito y brillante que pudiera encontrar, pero nada parecía ser suficiente para su pequeño mejor amigo.

Él era tan perfecto, tan lindo, pequeño y tierno. Se merecía el mejor regalo del mundo entero, por lo cual todo se veía pequeño e insignificante. Todo era una gran basura al lado de la encantadora figura de su pequeño. 

- Hey, idiota ¿aun no tienes nada para Tae? Es que tu eres medio bestia, Juancoco.- SeokJin regañó a su pequeño primo, mientras que lo miraba despectivamente.- ¿como le haces para no tener preparado nada para su gran día? El solo cumple 18 una vez en la vida y su mejor amigo no le tiene ni una misera carta.

Vaya, ¿quien iba a decir que Jin no era el mejor tronco en el que apoyarse en los momentos de estrés?  Ambos habían sido los "planeadores" del día Kim desde hace tres meses, ideando la mejor fiesta del año para el pequeño Taehyung. Pero hace un mes ambos habían escuchado una llamada entre Jimin y Tae a escondidas. En esta ambos se quejaban del desastre que se ocasionaba siempre en las celebraciones y que ambos querían algo tranquilo y mucho mas intimo. La cara que ambos pusieron...pues fue memorable, pero al menos se habían salvado de darle algo que no fuera de su agrado al menor,y todo por cotillas.

Y si, todo había sido cancelado ese mismo día. 

- No me digas así, imbécil, no es mi culpa que nada encaje con la personalidad de mi bebé.

- Epa, campeón, trátame con mas respeto, que seamos familia no elimina el hecho de que soy mayor ¿sabes? 

- Yah, hyung. Te llamé aquí para que me ayudes,no para que le eches limón y sal a la herida y bailes a lo africano a su alrededor, viejo.

- ¡ES TU PUÑETERO PROBLEMA, JUNGKOOK! ya bastante liado estoy yo. Ademas que esa "herida" te la causaste tu sólito, por pendejo.

- esta bien, que te dure Kim SeokJin.

Vaya mierda. Si antes estaba perdido ahora no había solución alguna para su problema.

Había quedado con Tae para las tres de la tarde y había perdido tiempo importante discutiendo con su hyung.  Empezó a gruñir y maldecir, cuando una notificación interrumpió su ira.

- Es que uno ya no puede estar molesto en paz ¿verdad, mundo culero?- se quejó al aire, desbloqueó su teléfono, acariciando la foto de fondo que tenia en el proceso, una de Tae en la paya sosteniendo una estrella de mar que habían encontrado. Sonrió inconscientemente. intentó colocar su contraseña, fallando  dos veces, pero a la tercera pudiendo entrar por fin a su teléfono. Entró a KakaoTalk, pero no había nada. Bajó la barra de notificaciones y se encontró una sola, del sms. ¿Quien demonios seguía usando el sms? 

Abrió la app, el molesto color naranja de esta hizo que dudara si responder o no. Cuando cargó el mensaje, pudo ve que el remitente era desconocido. Dio click, allí un pequeño texto acompañaba un vídeo.

Oh, Kook. Me vas a agradecer tanto por esto. Ahora, antes de tu disfrute, asegúrate de estar en un lugar en el que nadie te pueda ver. 

-atte; kkinkg

Le daba mala espina aquello, pero era curioso y quería ver que contenido maravilloso tenia  aquel vídeo.  Entró en el y le salió un circulo gris, la app estaba procesando el vídeo. Había olvidado cuan lento era el sms. 

Cuando por fin cargó, se alegró de haber puesto sus audífonos. Un gemido resonó por los casquillos, erizando su piel por completo. Aquel tono de voz era agudo,pero con matices ¿graves? Era como mezclar la dulce miel con café, una voz exquisita y extrañamente conocida. 

El vídeo estaba en negro, pero  e captaban movimientos, como si el chico dueño de la voz no fuera consciente de que estaba siendo grabado. De pronto todo se iluminó y de primer plano se vio una habitación, una que conocía a la perfección; la suya. Allí estaba su cama, sus cuadros, sus muñecos de colección. ¡Era su jodida habitación!

La cámara se movió un poco mas, como buscando una buena posición para poder grabar,  hasta enfocar un pequeño cuerpo que daba la espalda. Aquello se le hizo mas raro aun, pues la persona allí llevaba su camiseta favorita, una de G-Dragon.  Podría haber jurado que el vídeo estaba pausado, nada se movía, pero un brazo del individuo empezó a moverse de una manera muy...sospechosa, de arriba a abajo. 

- Se esta masturbando en mi puta cama vestido con mi ropa, carajo. -gruñó y se puso colorado cual tomate.

Iba a matar a quien sea que fuera ese hombre, por mas que le encantara su dulce voz y su pequeño cuerpo, porque tampoco estaba ciego, el chico estaba para comérselo entero. Pero cuando iba a apagar el vídeo para mandarle unos cuantos insultos al que le había mandado aquello, allí vio algo que lo hizo atragantarse, porque el chico había volteado un poco, casi nada a decir verdad, pero lo suficiente como para reconocerlo.  Su cordura se fue a la mierda en el mismo segundo en el que su cerebro procesó toda la información. 

Aquel chico en u habitación era nada menos que su pequeño niño. Sus sentidos se agudizaron de repente, fue consciente de cada jadeo y movimiento, de como su pequeño inclinaba la cabeza hacia atrás cada vez que aumentaba el ritmo, como su espalda se curvaba, como sus cabellos rebotaban cada vez que este se movía, como su camiseta no cubría completamente el cuerpo del menor dejandole ver pedazos de piel que ahora ansiaba tocar.  Pasaron unos diez minutos y un gemido mucho mas fuerte llegó a sus oídos, haciendo sentir a su cuerpo arder. Su nombre había salido de los labios de su niño piel de canela, y jodidamente había amado como lo había dicho.

Taehyung se removió y levantó. Salió de la toma y regresó con un dildo rosa. Mierda. 

El pelirrojito puso una mueca y acomodó aquel objeto bajo él. Ahora había decidido que miraría hacia el otro lado, dando una vista frontal de su pequeña figura. 

Jungkook pudo ver perfectamente como aquel pedazo de plástico entró con dificultad a la rosácea entrada, y mierda, un calor que no debía sentir inundó ciertas partes que no debían calentarse.  

Quería ser ese dildo, por sobre todas las cosas. 

Nunca había visto esa fase de su pequeño niño, nunca se hubiera imaginado lo que aquel tierno chico hacia entre sus sabanas, y ahora era malditamente consiente de que ese rostro no solo se podía ver tierno. 

Vió a Taehyung auto penetrarse una y otra vez, jadeando sin control. Sin pensarlo mucho, comenzó a pasar una mano en su erección por sobre la tela del pantalón. 

Disfrutar aquello era su pecado, pero era difícil estar tranquilo con un vídeo así. 

Pero estaba mal, no iba a hacer aquello. No, no y no. No podía hacer eso con el video de su pequeño. 

Pero...por otro lado, estaba en SU cama, con SU ropa y mierda...¡¿acababa de gemir su nombre?!


De pronto su mente se aclaró bruscamente, ¿que hacia Tae en su cuarto? eso era algo que haría uno cuando alguien le gusta ¿no? ¡¿LE GUSTABA A TAEHYUNG?!

Si era así...ahora ya sabia que regalo le iba a dar a Tae, sino pasaría la peor vergüenza de su vida. 


¿Que podía perder?

Birthday SexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora