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En plena soledad con las mejillas empapadas de tanto llorar.
-¡Este es el fin!.
-nadie responde, mi subconsciente me susurra ¡huye! ¡huye!.
Los vellos de mi piel se estremecen sienten aquella oscuridad que recorre mi cuerpo, es como un elixir, va quemando la poca humanidad que me queda,
-aquel susurro me estremeció.
-Cariño no puedes esconderte de mi.
-la impotencia se hace presente, mi ritmo cardiaco comienza a colapsar. Lo último que aprecio es su risa macabra y aquellos ojos inyectados de maldad.
Como fue que termine alguna vez amando aquel monstruo.
En aquella ocasión me mostró una careta que me dejó enamorada, su personalidad me cautivó, pero verlo ahora me asusta.

DENTRO DEL ABISMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora